CÁCERES, 25 Oct.
Los arqueólogos de la Junta de Extremadura estudian si las manos pintadas por el hombre de Neardental hace mucho más de 60.000 años en las paredes de la Cueva de Maltravieso de Cáceres eran señales para transitar por la cavidad, puesto que la localización donde están semeja señalar que eran signos que se dejaban para marcar el sentido de la circulación.
De hecho, al ingresar en la gruta las manos que se muestran en el lado derecho están ubicadas de manera horizontal con los dedos en dirección al interior, al paso que las que se han encontrado en las paredes del lado izquierdo lo están con los dedos de la mano apuntando hacia el hueco de salida. Además, en el momento en que hace aparición alguna oquedad dañina la situación de las pinturas de las manos es en vertical, como alertando del riesgo de caída en esa región o de alguna bifurcación de la galerías.
Otro de los argumentos hechos por los especialistas en relación a que en los dibujos de las manos no hace aparición el dedo meñique apunta a que lo ocultaban en el momento de efectuar la pintura como un símbolo de la tribu que entraba en esta gruta, en forma de señal de identidad.
Así lo indicó el jefe del servicio de Arqueología de la Junta de Extremadura, Hipólito Collado, en una visita efectuada a la gruta por un conjunto de cronistas, antes que se vuelva a abrir al público el viernes próximo, 28 de octubre, para un aforo de cinco personas y una vez por semana a lo largo de seis meses.
Se trata de un emprendimiento conduzco para poder ver de qué forma perjudica la presencia humana a las pinturas, consideradas por varios especialistas como el nacimiento del arte prehistórico. Hasta el instante, mucho más de mil personas han pedido ingresar en la gruta y el sistema para pedir la visita se ha colapsado con lo que la Junta de Extremadura baraja empezar nuevamente en el momento en que el sistema informático se estabilice.
La gruta, descubierta en 1951, está clausurada al público ya hace mucho más de 27 años y en 2008 se paralizaron las excavaciones que se encontraba haciendo el Equipo de Primeros Pobladores de Extremadura (EPPEx) para conseguir restos antropológicos.
El propósito de ofrecer por terminadas las excavaciones dentro de la gruta era proteger las pinturas, ciertas muy dañadas, que se hicieron con una técnica que consistía en poner la mano sobre la pared y espolvorear un pigmento desde la boca, con lo que asimismo se tomaron muestras por si acaso pudiese preservar el ADN de varios de los autores de las pinturas para saber algún apunte mucho más.
Además de las manos en negativo, en las que se puede ver el contorno, asimismo hay otras efectuadas en positivo que consistía en mancharse las manos y también impregnarla en la pared. Algunas asimismo registran la técnica mezclada y el dibujo hace aparición en positivo y negativo efectuado con un pigmento de óxido de hierro para el colorado o carbón para el negro, entre otros muchos.
La visita recorre unos 90 metros lineales durante los que se atraviesan múltiples salas con diferentes muestras de arte prehistórico en las que se tienen la posibilidad de ver las reconocidas manos, pero asimismo dibujos geométricos, primordialmente puntos, completados con un pigmento negro que podría ser un código de comunicación, tal como la grupa y la cola de lo que semeja un caballo, o triángulos grabados en la piedra e inclusive la cabeza de una pequeña cabra con 2 cuernos bien perceptibles.
"Se trata del arte prehistórico mucho más viejo de Europa realizado por los neardentales", afirma Collado en su explicación a lo largo de una visita donde influye en la necesidad de proteger estas pinturas por el hecho de que son "únicas en el planeta". "Podría considerarse el primer museo de todo el mundo", apunta una de la gente que está haciendo la visita bajo un aparato de protección que aguza la sensación de humedad, la que puede lograr hasta el 95% en las salas mucho más internas de la gruta.
"Esto podría ser el primer cuadro", responde el arqueólogo frente a una composición de manos, puntos y triángulos que surgen en el del costado de entre las salas que conforman la cavidad, donde se han registrado unas 60 manos, si bien la mayor parte es imposible contemplar en su integridad.
El trazado para seguir en la gruta es muy ajustado y en ciertos tramos hay que caminar inclinado para eludir golpes en la cabeza cuidada por un casco con una luz de adelante que asiste para orientarse por la cavidad. En distintos sitios estratégicos se han puesto equipos para registrar la temperatura, la presión atmosférica o el nivel de CO2. Cada mes se recogen los datos y se examinan por la parte del aparato de arqueólogos de la Junta de Extremadura para poder ver de qué forma afectan a las pinturas.
Aunque hasta el momento en que no concluya el emprendimiento conduzco no se van a poder sacar conclusiones terminantes, todo semeja señalar que el mero hecho de la presencia humana estropea los pigmentos y nuestra base caliza donde están efectuadas las pinturas, muy sensibles a microorganismos que tienen la posibilidad de proliferar con un cambio en las condiciones del interior, lo que provocaría el desprendimiento de la roca y, por consiguiente, la desaparición de las pinturas.
Por eso, para proteger lo que podría ser el "primer museo de todo el mundo" el Ayuntamiento de Cáceres va a crear en la explanada en frente de la entrada de la gruta una réplica a escala real y donde se representarán exactamente las mismas condiciones de humedad y temperatura del interior, para aproximar al visitante lo máximo viable a la experiencia de conocer la cuna del arte prehistórico realizado por el hombre Neardental.