Hermano de Sánchez reconoce ante la jueza que carecía de despacho, aunque asegura que no afectó sus metas.
En una noticia que despierta tanto interés como preocupación, el hermano del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, David Sánchez Pérez-Castejón, compareció ante la jueza Beatriz Biedma el pasado jueves. Durante su declaración, reveló que, tras comenzar su nuevo empleo en 2017, se le había proporcionado un espacio en la biblioteca del Conservatorio, organización a la que pertenece. Sin embargo, su regreso en 2021 de una excedencia de un año le deparó una sorpresa: el despacho se encontraba ocupado, lo que le llevó a utilizar diversas salas de la Diputación de Badajoz para llevar a cabo sus funciones.
En su declaración, la jueza indagó sobre la aparentemente inusual situación que enfrentó, preguntándole si consideraba aceptable que un miembro del personal directivo no tuviera un despacho propio. David Sánchez respondió de manera evasiva, afirmando: “No le puedo decir si es normal o no. Yo lo que puedo decir es que no influía en la consecución de los objetivos.” Sus palabras sugieren una gestión improvisada, lo que podría plantear interrogantes sobre la eficiencia administrativa en instituciones públicas.
Sánchez enfatizó que su compromiso está orientado a cumplir objetivos que considera "desvinculados de un espacio físico", según lo declarado el día de su comparecencia, a la que tuvo acceso Europa Press. Este testimonio se produce en el contexto de una investigación que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, relacionada con su contratación en la Diputación, un tema que ha levantado sospechas y críticas en círculos políticos y sociales.
Durante su intervención como investigado, David, quien es conocido artísticamente como David Azagra, compartió detalles de su vida laboral en el periodo previo a su nombramiento. Dijo que entre septiembre y octubre de 2016 se encontraba finalizando un máster en Milán, al mismo tiempo que actuaba como director de orquesta. Sin embargo, se encontraba en una situación de precariedad laboral, ya que no contaba con un contrato fijo. En mayo de 2017, se hallaba inmerso en la búsqueda activa de empleo.
En un intento de aportar claridad sobre cómo llegó a conocer la plaza en la Diputación de Badajoz, Sánchez relató que su búsqueda de oportunidades laborales incluía consultar un buscador de Internet, específicamente Google, una práctica que se había convertido en un ritual diario para él. Este detalle añade una dimensión más a su testimonio, subrayando la realidad de muchos profesionales que navegan por un entorno laboral incierto.
Esta situación, que involucra a una figura cercana al poder ejecutivo, es parte de un proceso más amplio de revisión de las prácticas de contratación en el ámbito público, el cual ha suscitado un amplio debate en la sociedad. Las implicaciones de este caso son ciertas y evidentes, planteando preguntas sobre la transparencia y la ética en la administración pública.
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