El próximo fin de semana, los días 24 y 25 de febrero, Mérida se convertirá en el escenario del Encuentro de Colaboración Institucional entre Extremadura y la Comunidad de Madrid. Encabezadas por sus presidentas, María Guardiola e Isabel Díaz Ayuso, esta cita tiene como objetivo abordar una serie de iniciativas de carácter social, económico y cultural que beneficiarán a los habitantes de ambas regiones.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, visitará la capital extremeña en compañía de una delegación significativa de su Consejo de Gobierno. Estarán presentes consejeros de áreas clave como Presidencia, Justicia y Administración Local, Economía, Vivienda y Medio Ambiente, quienes contribuirán al diálogo y la toma de decisiones en esta importante reunión.

Por parte de la Junta de Extremadura, varios consejeros se unirán a las discusiones, entre ellos el de Presidencia, Interior y Diálogo Social, Abel Bautista, así como aquellos encargados de Hacienda, Agricultura y Transformación Digital. Este intercambio tiene como finalidad abordar temas fundamentales para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Además de las reuniones presenciales programadas, se llevarán a cabo encuentros virtuales la mañana del 24 de febrero. Estos encuentros complementan las discusiones que ya se han realizado anteriormente, enfocándose en el desarrollo de un marco colaborativo eficaz entre ambas administraciones, según fuentes de la Junta de Extremadura.

Los temas a tratar incluyen aspectos esenciales como la sanidad y la atención a la dependencia, así como iniciativas en educación, vivienda, emprendimiento e investigación. También se prestará atención a áreas como la cultura, el turismo, el deporte y la agroindustria, en un esfuerzo por fortalecer los lazos regionales.

El martes, además de estas reuniones, se contempla una visita a la Central Nuclear de Almaraz. Esta visita es de particular relevancia, dado que la posible cesación de operaciones de la central plantea serias preocupaciones tanto sociales como económicas para ambas comunidades. Es un punto crítico que la administración madrileña y la extremeña buscan abordar con urgencia.