La organización agraria UPA-UCE Extremadura ha alzado la voz en un llamado apremiante, instando a los actores involucrados en la negociación del convenio agrario a llegar a un "buen acuerdo" que sea realmente beneficioso para el sector, el cual sostiene el sustento de miles de trabajadores en la región.

En un comunicado emitido el pasado 16 de enero en Mérida, UPA-UCE subraya que el "objetivo prioritario" de las conversaciones que arrancan este jueves debería ser la consecución de un "acuerdo de mínimos". Este planteamiento no significaría que los empleadores no pudieran efectuar remuneraciones por encima de lo estipulado en el convenio, algo que ya se aplica en diversos sectores, según señala la organización.

La organización agraria recuerda que en la negociación anterior se introdujeron cambios significativos, por lo que en esta ocasión se aboga más por una actualización que por una completa reforma del acuerdo, dado que este convenio es el que afecta a la mayor cantidad de trabajadores en Extremadura. Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE Extremadura, reafirma esta postura y destaca la importancia de tratar de generar un marco laboral claro y beneficioso.

Un tema crítico que ha sido señalado por la organización es la escasez de mano de obra en el campo, lo que requiere una respuesta urgente. Huertas enfatiza la necesidad de "aprovechar la mano de obra disponible de la manera más eficiente posible", remarcando la urgencia de abordar esta problemática de forma prioritaria.

En este contexto, el líder de UPA-UCE ha añadido que podría ser necesario "flexibilizar las circunstancias para la realización de horas extraordinarias". Esto permitiría reaccionar ante las necesidades específicas del sector y, al mismo tiempo, mejoraría la remuneración de los trabajadores, en contraposición a lo que ocurre actualmente, donde estas horas están demasiado penalizadas, lo que obstaculiza su uso eficaz, sostiene Huertas.

Asimismo, la organización agraria apuntó que la vigencia del antiguo acuerdo mientras se formaliza uno nuevo puede ser un factor que contribuya a crear un ambiente de certidumbre y seguridad jurídica para todas las partes involucradas, lo cual es fundamental para lograr una negociación efectiva y fructífera.

Finalmente, Huertas concluye que es crucial que todas las partes comprendan que un convenio del campo que sea aceptable sería beneficioso para todos, ya que permitiría establecer un marco de estabilidad que procure la suficiente mano de obra, que es, sin lugar a dudas, el principal desafío que enfrenta el sector agrario en la actualidad.