Crónica Extremadura.

Crónica Extremadura.

¿Cómo afecta el cambio climático a la salud de los extremeños?

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrentamos actualmente como sociedad y sus efectos pueden ser devastadores para la salud de las personas. En el caso de Extremadura, una región ubicada en el suroeste de España y caracterizada por un clima mediterráneo continental, los efectos del cambio climático pueden suponer un grave riesgo para la salud de la población, especialmente para los colectivos más vulnerables como son los niños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas.

En este artículo, analizaremos cómo el cambio climático afecta a la salud de los extremeños de manera detallada, prestando especial atención a los principales problemas que pueden surgir en la región.

Incremento de las temperaturas y olas de calor

Uno de los principales efectos del cambio climático es el incremento de las temperaturas globales, lo que puede provocar la aparición de olas de calor cada vez más frecuentes y prolongadas. En el caso de Extremadura, una región ya caracterizada por altas temperaturas durante gran parte del año, estos fenómenos pueden ser especialmente peligrosos para la salud.

Las altas temperaturas pueden ser causa de una deshidratación, golpes de calor, calambres musculares, agotamiento, quemaduras, daños en la piel o incluso fallecimientos. La población más susceptible a estos efectos son los ancianos, los niños, las personas con discapacidad y aquellas que realizan trabajos al aire libre o en lugares con mala ventilación.

En 2017, por ejemplo, Extremadura fue una de las regiones más afectadas por la ola de calor que azotó España y que se prolongó durante más de una semana. Como resultado, se produjeron numerosas hospitalizaciones por golpes de calor y un considerable aumento de la mortalidad en personas mayores de 65 años.

Cambios en la calidad del aire y aparición de alergias

Otro efecto del cambio climático tiene que ver con el aumento de la contaminación del aire. El aumento de las temperaturas y los eventos climáticos extremos pueden ser factor de la emanación de gases contaminantes y la liberación de partículas tóxicas en el aire, especialmente en núcleos urbanos y en áreas industriales.

En el caso de Extremadura, aunque se trata de una región rural, hay núcleos urbanos importantes como Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia donde la calidad del aire puede verse afectada por diferentes factores como el tráfico rodado, la energía empleada, el uso de diversos productos químicos, etc. El cambio climático puede agravar estos efectos, especialmente en épocas de sequía.

Además, la contaminación del aire puede aumentar el riesgo de alergias y enfermedades respiratorias, especialmente en personas con predisposición a estas patologías. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, hay una relación evidente entre el cambio climático y la aparición de nuevas alergias como, por ejemplo, la alergia al polen de la ambrosía.

Incremente de vectores y enfermedades

El cambio climático también puede favorecer la proliferación de diferentes vectores que pueden trasmitir enfermedades infecciosas, como son los mosquitos, las garrapatas y las pulgas. El aumento de las temperaturas y la humedad pueden generar condiciones idóneas para la reproducción de estos vectores y para la transmisión de enfermedades como zika, dengue, fiebre amarilla, Lyme, entre otras.

En el caso de Extremadura, el mosquito tigre (Aedes Albopictus), que puede transmitir diferentes enfermedades, se ha instalado en zonas como Cáceres y Almendralejo, y se espera que su expansión sea cada vez mayor. La aparición de enfermedades transmitidas por vectores puede ser un problema de salud pública, especialmente durante los meses de verano cuando la actividad de estos vectores es mayor.

Conclusiones

En resumen, el cambio climático puede tener efectos muy perjudiciales para la salud de los extremeños. Las altas temperaturas y las olas de calor, la contaminación del aire, la proliferación de vectores y la aparición de nuevas alergias son algunos de los riesgos más destacables. Para luchar contra estos efectos, es necesario que se adopten medidas que promuevan un consumo responsable de energía, se fomente el uso del transporte público, se reduzca la emisión de gases contaminantes y se apliquen políticas de prevención y sensibilización sobre el cambio climático y sus posibles efectos sobre la salud. Además, es fundamental que se diseñen estrategias específicas para proteger a los colectivos más vulnerables y para prevenir situaciones de emergencia durante las olas de calor y otros episodios climáticos extremos.