Extremadura es una región que se caracteriza por su patrimonio histórico y cultural, y uno de los monumentos más destacados es el Castillo de los Duques de Feria en Badajoz. En este artículo, te invitamos a conocer la historia detrás de este impresionante castillo y todo lo que debes saber para visitarlo.
El Castillo de los Duques de Feria se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad de Badajoz, y fue construido en el siglo XV por la familia Suárez de Figueroa sobre los restos de una fortificación árabe anterior. Esta familia, que ostentaba el título de Duques de Feria, fue una de las más poderosas e influyentes de Extremadura durante la Edad Media y el Renacimiento.
El castillo sirvió tanto como residencia palaciega como fortificación defensiva, lo que lo convierte en un ejemplo excepcional de arquitectura militar y civil. Durante los siglos XVI y XVII, fue escenario de importantes conflictos bélicos, como la Guerra de la Independencia o la Guerra de Sucesión, y fue utilizado como cárcel en diversas ocasiones.
El Castillo de los Duques de Feria consta de dos partes principales: la torre del homenaje o torre del Hambre, y el cuerpo del castillo propiamente dicho. La torre del homenaje es la estructura más antigua del castillo y es conocida por las leyendas locales que describen a los prisioneros de la cárcel que allí se alojaban pasando hambre.
El cuerpo principal del castillo está dividido en dos plantas y cuenta con un gran patio central, una capilla y diversas estancias nobiliarias y de servicio. En su decoración, destacan los frescos y los estucos del siglo XVI que aún se pueden apreciar en algunas de las paredes.
Uno de los aspectos más interesantes del Castillo de los Duques de Feria es su relación con algunas de las leyendas más populares de Badajoz. Una de ellas es la que se refiere a la torre del homenaje, también conocida como la torre del Hambre. Según cuenta la leyenda, los prisioneros que se alojaban allí pasaban hambre y sufrían todo tipo de penalidades. En una ocasión, un prisionero logró escapar y se escondió en la torre, donde descubrió una sala secreta llena de tesoros y riquezas. Tras huir con su botín, la torre quedó maldita y condenada a permanecer siempre vacía y en ruinas.
Si quieres visitar el Castillo de los Duques de Feria, te recomendamos que planifiques tu visita con antelación. El horario de apertura es de martes a domingo, de 10 a 14 horas y de 17 a 19 horas. El precio de la entrada es muy asequible, y además hay descuentos disponibles para jubilados, estudiantes y grupos.
En tu visita, podrás contemplar las diferentes estancias y patios del castillo, así como la capilla y la torre del homenaje. También podrás disfrutar de las impresionantes vistas de Badajoz que se obtienen desde lo alto del castillo.
El Castillo de los Duques de Feria se encuentra en pleno centro histórico de Badajoz, por lo que es muy fácil acceder a él desde cualquier punto de la ciudad. Si vienes desde fuera de Badajoz, puedes llegar en coche a través de la autovía A-5 o en tren, a la estación de ferrocarril de Badajoz. Desde allí, puedes tomar un autobús o caminar hasta el castillo en apenas unos minutos.
El Castillo de los Duques de Feria es uno de los símbolos más destacados de la ciudad de Badajoz y una visita imprescindible para cualquier amante de la historia y la arquitectura. Su construcción y evolución a lo largo de los siglos reflejan la rica y compleja historia de Extremadura, y sus leyendas y secretos siguen dando pie a todo tipo de historias y anécdotas.
En definitiva, el Castillo de los Duques de Feria es una auténtica joya del patrimonio extremeño que merece la pena conocer en detalle. Su historia, su arquitectura y sus leyendas hacen de él un lugar único y especial, donde el pasado y el presente se unen para ofrecer una experiencia inolvidable.