En Extremadura, el gazpacho es uno de los platos más emblemáticos de la cocina tradicional. Con una base de tomate y pepino, esta sopa fría se reinventa en cada casa y en cada comarca, dando lugar a múltiples variaciones. En este artículo, descubriremos las características principales del gazpacho extremeño y algunas de sus variantes más populares.
El gazpacho extremeño es una sopa fría a base de tomate, pimiento, pepino, ajo, aceite de oliva, vinagre y sal. Se suele servir como primer plato o como entrante en días calurosos, y su frescura y sabor intenso lo convierten en una opción ideal para combatir el calor del verano.
A diferencia de otras versiones de gazpacho, el extremeño se caracteriza por tener una textura más espesa y por incorporar otros ingredientes como el pan duro y la cebolla. Además, se prepara sin pan remojado, lo que hace que su consistencia sea más densa y cremosa.
Es importante destacar que el gazpacho extremeño es una receta muy versátil. En función de los gustos y las costumbres de cada comarca, se pueden añadir otros ingredientes como almendras, uvas, huevo duro, melón o sandía, lo que da lugar a una gran variedad de versiones de este plato tradicional.
A continuación, presentamos algunas de las variantes más populares del gazpacho extremeño:
Cabe mencionar que estas son solo algunas de las variantes más populares del gazpacho extremeño. En cada comarca y en cada casa se pueden encontrar otras versiones con ingredientes diferentes o con pequeñas variaciones en la preparación.
El gazpacho extremeño es, sin duda, uno de los platos más emblemáticos de la cocina tradicional extremeña. Con su sabor intenso y su textura densa, es un plato perfecto para combatir el calor del verano y para disfrutar de los sabores y las tradiciones de esta tierra.