La pandemia del COVID-19 ha afectado en gran medida a la economía global, y el sector agroalimentario no ha sido una excepción. Sin embargo, a pesar de los obstáculos que han surgido durante los últimos meses, el sector del ibérico en Extremadura sigue en alza, gracias a la dedicación y el trabajo de sus profesionales.
La industria del cerdo ibérico es un elemento clave en la economía de Extremadura, y representa una parte importante del sector agroalimentario de la región. La carne y los productos derivados del cerdo ibérico son muy apreciados en la gastronomía española e internacional, y son cada vez más demandados por los consumidores tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Según datos del Observatorio del Ibérico, en 2019 se produjeron en Extremadura más de 7,5 millones de kilos de jamones y paletas, y se sacrificaron más de 223.000 cerdos. Además, la región cuenta con más de 1.200 empresas dedicadas a la crianza, producción y elaboración de productos ibéricos, lo que supone un importante motor económico para la zona.
Como hemos dicho, la pandemia del COVID-19 ha tenido un gran impacto en la economía global, y el sector del ibérico no ha sido una excepción. Uno de los mayores problemas a los que se ha enfrentado ha sido la caída de la demanda en algunos mercados internacionales, como el asiático. Además, la crisis sanitaria ha provocado cambios en los hábitos de consumo de los clientes, lo que ha afectado a la comercialización de algunos productos.
A pesar de estos retos, el sector del ibérico en Extremadura ha demostrado una gran capacidad de adaptación y ha sido capaz de superar la situación gracias a la innovación y la implementación de medidas de seguridad e higiene en los procesos productivos.
El sector del cerdo ibérico en Extremadura tiene un gran futuro por delante, y se están llevando a cabo muchos proyectos e iniciativas para seguir mejorando la calidad de los productos y aumentar la demanda a nivel internacional. Además, se están llevando a cabo campañas de promoción y eventos para dar a conocer la calidad de los productos ibéricos y fomentar su consumo.
La crianza del cerdo ibérico es una actividad que ha formado parte de la cultura y la tradición de Extremadura durante siglos, y es un ejemplo de cómo la innovación y la modernización pueden convivir con la conservación de nuestras raíces. La dedicación y el trabajo de los profesionales del sector son el garante de que el sabor y la calidad de los productos ibéricos sigan siendo un referente a nivel mundial.
En definitiva, el sector del ibérico en Extremadura es un ejemplo de cómo una industria tradicional puede adaptarse a los retos y desafíos del presente y del futuro. A pesar de los obstáculos causados por la pandemia del COVID-19, los profesionales del sector han demostrado su capacidad de superación y han conseguido mantener el ritmo de producción y comercialización. Sin duda, la calidad de los productos ibéricos seguirá siendo un sello distintivo de la gastronomía extremeña en los próximos años.