Introducción

Mérida es una ciudad con gran riqueza patrimonial, donde se pueden encontrar importantes restos arqueológicos romanos. Uno de los monumentos más representativos de la ciudad es el acueducto de los Milagros, una construcción única que ha resistido el paso del tiempo a lo largo de los siglos. En este artículo, vamos a explorar la historia oculta del acueducto, desvelando curiosidades y anécdotas que quizás desconocías.

Antecedentes

El acueducto de los Milagros tiene sus orígenes en la época romana, concretamente en el siglo I d.C, cuando la ciudad romana de Emerita Augusta (actual Mérida) necesitaba abastecerse de agua. Para ello, se construyó un sistema de captación, transporte y distribución de agua desde el río Albarregas hasta la ciudad, que permitió el desarrollo y crecimiento de la ciudad a lo largo del tiempo.

La construcción del acueducto

El acueducto de los Milagros tiene una longitud de más de 830 metros y está compuesto por 38 arcos de piedra de granito. La altura máxima que alcanza es de 25 metros, en el punto donde cruza la carretera del aeropuerto de Badajoz. Su construcción fue un gran logro técnico para la época, ya que se tuvieron que superar muchos obstáculos para llevar a cabo su edificación.

Uno de los secretos mejor guardados del acueducto es que no fue construido únicamente con granito, sino que también se utilizó el opus caementicium, también conocido como hormigón romano. Esta mezcla de cal, arena y piedras permitió que el acueducto se mantuviera en pie a pesar del paso del tiempo y de las inclemencias meteorológicas.

El nombre de los Milagros

¿Por qué se llama el acueducto de los Milagros? Según cuenta la historia, durante la Guerra de la Independencia, las tropas napoleónicas decidieron su demolición para impedir el acceso de las tropas españolas a la ciudad. Sin embargo, el general francés a cargo de la operación se negó a destruirlo porque le impresionaba su belleza y magnitud. De este modo, el acueducto de los Milagros fue salvado de la demolición y obtuvo su nombre.

Curiosidades y anécdotas

Un balcón sobre el acueducto

En la calle Romero Leal, se puede encontrar un balcón que está construido sobre uno de los arcos del acueducto de los Milagros. Desde esta posición, se puede disfrutar de una vista única y privilegiada del monumento. Esta construcción es conocida como el balcón de los Amores y es uno de los lugares más fotografiados de la ciudad.

La cancha de pelota

En la base del acueducto, cerca del parque de las siete sillas, se encuentra una antigua cancha de pelota romana. Esta construcción, que data del siglo II d.C, está formada por dos muros construidos en opus reticulatum y adornados con motivos geométricos y florales.

Las inscripciones

Si te fijas con atención en el acueducto, podrás encontrar algunas inscripciones que hacen referencia a su construcción. En una de ellas, se puede leer "IMP·CAESAR·DIVI·NERVAE·F·NERVA·TRAJANO·AVG·GERM·PARTH·MAX·PONTIF·MAX·TRIB·POT·XVIII·IMP·VI·COS·VI·P·P·PRO·CO·ORD·VII·CUR·PRAEF·EQ·EQ·ROM·ET·AL·EURE", que significa "En el decimoctavo año de su potestad como tribuno, emperador César Nerva Trajano Germánico Parto Máximo, pontífice máximo, cónsul seis veces, padre de la patria, para la construcción de la conducción del agua, comisionado por los súbditos, cuestor VII, prefecto de los jinetes, caballero romano y otros ciudadanos de Mérida hicieron la obra".

El acueducto en la literatura

El acueducto de los Milagros ha sido inspiración para muchos escritores y poetas a lo largo de los siglos. El poeta extremeño Luis Chamizo escribió un poema dedicado al acueducto, en el que dice:

• "Salve, acueducto inmenso, / grave, firme, colosal,
• ¡trazado por mano excelsa / de los dioses imperiales,
• arco por arco, peso por peso, / pilastras por pilastras!
• Imbatible ante el viento, / ante el rayo, el sol y el tiempo."

Conclusiones

El acueducto de los Milagros es uno de los monumentos más impresionantes de la ciudad de Mérida. Su construcción y dimensions lo hacen una auténtica obra maestra de la ingeniería romana, y su historia y curiosidades lo convierten en un monumento vivo, lleno de simbolismo y leyenda. Si vas a visitar la ciudad, no puedes dejar de pasear por los alrededores del acueducto y descubrir todos sus secretos.