La Fundación de Badajoz se remonta a la época de la dominación romana en la península ibérica. Se tiene constancia de la existencia de asentamientos humanos en la zona desde la Edad del Bronce, siendo posteriormente ocupada por los romanos que la denominaron "Pax Julia". Durante esta época, la ciudad experimentó un importante crecimiento y se convirtió en un importante centro urbano de la región.
Tras la caída del Imperio Romano, Badajoz pasó a formar parte del Reino Visigodo de Toledo. Durante este periodo, la ciudad sufrió diversas invasiones bárbaras y fue disputada por diferentes reinos cristianos y musulmanes. Finalmente, en el año 711, Badajoz fue conquistada por los musulmanes y se convirtió en parte del Califato de Córdoba.
En el siglo XII, Badajoz fue reconquistada por el Reino de León y posteriormente pasó a formar parte del Reino de Portugal. Durante este periodo, la ciudad experimentó un proceso de repoblación en el que se asentaron colonos cristianos procedentes de diferentes regiones de la península. Esto contribuyó a la diversidad cultural y demográfica de la ciudad.
A lo largo de los siglos, Badajoz experimentó un importante crecimiento urbano y cultural. La ciudad se convirtió en un importante centro administrativo, comercial y militar en la región, atrayendo a comerciantes, artesanos y población en busca de oportunidades. Durante la Edad Moderna, Badajoz se consolidó como una ciudad cosmopolita y multicultural, con una rica historia y patrimonio cultural.
Uno de los principales legados de la Fundación de Badajoz es su rica arquitectura y patrimonio cultural. La ciudad cuenta con numerosos monumentos históricos, como la Alcazaba Árabe, la Catedral de San Juan Bautista y el Puente de Palmas. Estos elementos arquitectónicos reflejan la rica historia de la ciudad y su importancia en la región.
Badajoz es una ciudad con una rica vida cultural y tradiciones arraigadas. Durante siglos, la ciudad ha sido escenario de importantes eventos culturales, como la Semana Santa, la Feria de San Juan y el Carnaval de Badajoz. Estas celebraciones reflejan la diversidad cultural y la hospitalidad de sus habitantes, que han sabido preservar sus tradiciones a lo largo del tiempo.
En resumen, la Fundación de Badajoz es un hito importante en la historia de Extremadura, que ha marcado el devenir de la ciudad y su papel en la región. A lo largo de los siglos, Badajoz ha sido testigo de grandes acontecimientos, batallas y transformaciones que han contribuido a forjar su identidad única y su rica herencia cultural. Hoy en día, Badajoz sigue siendo una ciudad vibrante y dinámica, que combina su pasado histórico con un presente lleno de oportunidades y diversidad. Sin duda, la Fundación de Badajoz es un legado que perdurará en el tiempo y seguirá enriqueciendo la historia de Extremadura.