La Orden de Montesa fue fundada en el siglo XIV, específicamente en el año 1317, en el Reino de Aragón. Su creación fue impulsada por el rey Jaime II de Aragón, con el objetivo de unir a dos órdenes militares previamente existentes: la Orden del Temple y la Orden de San Jorge de Alfama. Ambas órdenes habían sido disueltas en Europa debido a la presión del Papa Clemente V, quien había ordenado la supresión de la Orden del Temple en 1312 tras acusaciones de herejía.
Desde su fundación, la Orden de Montesa tuvo como principal función la defensa de las tierras aragonesas y la protección de la frontera oriental del Reino de Aragón. Para ello, los caballeros de la orden se dedicaron a combatir a los enemigos del reino, tanto musulmanes como cristianos rebeldes. Su labor se extendió también a la defensa de los caminos y las fortalezas, así como a la protección de los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.
A lo largo de los siglos XIV y XV, la Orden de Montesa adquirió numerosas propiedades en la región de Extremadura, lo que le otorgó una gran influencia en la zona. Sus posesiones se distribuían principalmente en las comarcas de La Serena, La Siberia y Las Villuercas, donde controlaban numerosos castillos y tierras cultivables. La presencia de la orden en Extremadura no solo fortaleció su posición estratégica en la región, sino que también contribuyó al desarrollo económico y social de la misma.
La presencia de la Orden de Montesa en Extremadura tuvo una gran importancia estratégica desde el punto de vista militar. Los caballeros de la orden desempeñaron un papel fundamental en la defensa de la frontera con el Reino de Portugal, protegiendo las tierras aragonesas de posibles invasiones. Además, su presencia en la región contribuyó a la pacificación de las tierras fronterizas, lo que permitió un mayor desarrollo económico y social en Extremadura.
Aunque la Orden de Montesa fue disuelta en el siglo XIX, su legado perdura en la región de Extremadura hasta el día de hoy. Numerosas fortalezas y castillos construidos por la orden aún se encuentran en pie, mostrando la huella dejada por los caballeros en la región. Además, la influencia de la orden en Extremadura se ve reflejada en la arquitectura, la cultura y la tradición de la región, que aún conserva vestigios de su pasado medieval.
A lo largo de los siglos, la importancia estratégica de la Orden de Montesa en Extremadura ha sido reconocida por historiadores y estudiosos de la historia medieval. Su labor en la defensa de las tierras aragonesas y en la protección de la frontera ha sido fundamental para comprender la evolución de la región en la época medieval. La presencia de la orden ha dejado una marca imborrable en Extremadura, que aún hoy en día se puede apreciar en su patrimonio histórico y cultural.
En conclusión, la Orden de Montesa desempeñó un papel fundamental en la región de Extremadura durante la Edad Media, contribuyendo tanto a la defensa de las tierras aragonesas como al desarrollo económico y social de la región. Su presencia estratégica en Extremadura dejó un legado duradero que aún perdura en la región, siendo un ejemplo de la importancia de las órdenes militares en la configuración del territorio y la sociedad durante la Edad Media.