La transición del Paleolítico al Neolítico en Extremadura es un periodo crucial en la historia de esta región, ya que marca el cambio de una sociedad de cazadores-recolectores a una sociedad agrícola y ganadera. En este artículo, exploraremos en detalle cómo se llevó a cabo esta transición, los cambios en la forma de vida de los habitantes de Extremadura y las evidencias arqueológicas que nos permiten reconstruir este proceso.
El Paleolítico en Extremadura abarca un periodo de tiempo extremadamente largo, que se extiende desde hace unos 2,5 millones de años hasta hace aproximadamente 10.000 años. Durante este periodo, los habitantes de la región eran cazadores-recolectores nómadas, que dependían de la caza de animales y la recolección de frutos, raíces y semillas para sobrevivir.
Las evidencias arqueológicas del Paleolítico en Extremadura incluyen herramientas de piedra, huesos de animales tallados y pinturas rupestres. Estas evidencias nos indican que los habitantes de la región tenían un alto grado de habilidad en la fabricación de herramientas de piedra, que utilizaban para cazar animales y procesar alimentos.
Uno de los sitios paleolíticos más importantes de Extremadura es la cueva de Maltravieso, en Cáceres, donde se han encontrado numerosas pinturas rupestres y restos de herramientas de piedra. Estas pinturas rupestres representan animales como caballos, ciervos y toros, y nos dan una idea de la vida de los cazadores-recolectores que habitaban la región en esa época.
El Mesolítico es un periodo de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, que se extiende desde hace unos 10.000 años hasta hace aproximadamente 6.000 años. Durante este periodo, los habitantes de Extremadura comenzaron a experimentar cambios en su forma de vida, como la domesticación de animales y el inicio de la agricultura.
Las evidencias arqueológicas del Mesolítico en Extremadura incluyen cerámica primitiva, restos de animales domesticados y herramientas de molienda. Estas evidencias nos indican que los habitantes de la región estaban comenzando a experimentar con la agricultura y la ganadería, lo que eventualmente conduciría al surgimiento de la sociedad neolítica.
Un sitio mesolítico importante en Extremadura es la cueva de Los Casares, en Badajoz, donde se han encontrado restos de cerámica y herramientas de molienda. Estos hallazgos sugieren que los habitantes de la región estaban empezando a cultivar plantas y criar animales para su alimentación, lo que marcó el inicio de la revolución neolítica en Extremadura.
El Neolítico es un periodo de la prehistoria en el que la agricultura y la ganadería se convirtieron en las principales fuentes de subsistencia de las sociedades humanas. En Extremadura, el Neolítico comenzó hace aproximadamente 6.000 años y trajo consigo importantes cambios en la forma de vida de los habitantes de la región.
Las evidencias arqueológicas del Neolítico en Extremadura incluyen herramientas de piedra pulida, restos de cerámica decorada y estructuras de habitación permanentes. Estas evidencias nos indican que los habitantes de la región estaban construyendo asentamientos permanentes, cultivando plantas y criando animales para su alimentación.
Uno de los sitios neolíticos más importantes de Extremadura es el dolmen de Lácara, en Badajoz, que es una de las estructuras funerarias megalíticas más grandes de la región. Este dolmen es un testimonio de la habilidad y la organización social de las comunidades neolíticas de Extremadura, que eran capaces de construir estructuras monumentales utilizando herramientas de piedra pulida.
En conclusión, la transición del Paleolítico al Neolítico en Extremadura fue un proceso gradual que transformó la forma de vida de los habitantes de la región, de cazadores-recolectores nómadas a agricultores y ganaderos sedentarios. Las evidencias arqueológicas de este periodo nos permiten reconstruir la evolución de la sociedad en Extremadura y entender mejor cómo se produjo la transición de una economía de subsistencia a una economía agrícola y ganadera.