El pasado jueves, Mérida fue el escenario de una notable ceremonia política con la toma de posesión de Miguel Ángel Gallardo como diputado en la Asamblea de Extremadura, un evento que atrajo la atención de numerosos medios de comunicación y observadores.

Gallardo, secretario general del PSOE en la región, realizó su juramento en un ambiente de gran expectación. Al subir a la tribuna del Hemiciclo, reafirmó su compromiso de respetar la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de Extremadura, marcando oficialmente su entrada en el cargo como parlamentario autonómico.

Su promesa fue recibida con una ovación prolongada por parte de los diputados del Grupo Socialista, quienes se pusieron de pie para aplaudir. Sin embargo, la reacción de los miembros del Partido Popular y Unidas por Extremadura fue bien diferente, manteniéndose sentados durante el acto, mientras que los representantes de Vox decidieron abandonar la sala en ese preciso instante.

Antes de que comenzara el pleno, Gallardo hizo un gesto cordial hacia la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, acompañado por otros líderes socialistas, Piedad Álvarez y José María Vergeles. Después de este salutación, se acomodó en su nuevo escaño, preparado para asumir su nuevo rol en la política autonómica.