La Junta advierte que las medidas en el incendio de Jarilla "demoran y disminuyen" el desplazamiento de las cenizas.
El 7 de noviembre, en Mérida, las autoridades de la Junta de Extremadura han destacado las importantes medidas implementadas en la región afectada por el incendio de Jarilla en Cáceres. Se ha podido comprobar que estas acciones han sido efectivas para retrasar y disminuir el arrastre de cenizas hacia los ríos, un proceso natural que sigue a incendios de tal envergadura, como el que arrasó más de 16.000 hectáreas el verano pasado.
El esfuerzo financiero en esta área ha llegado a ascender a 3 millones de euros, fondos que han sido aportados por la Junta, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, así como la Confederación Hidrográfica del Tajo. Esta colaboración entre instituciones ha sido fundamental para abordar las consecuencias del siniestro.
Como parte de las iniciativas para recuperar el ecosistema, se ha llevado a cabo la técnica conocida como 'helimulching' en una extensión de 1.120 hectáreas. Además, se han realizado labores de corrección hidrológica y se han implementado tratamientos forestales que abarcan 50 kilómetros, junto a la reparación de caminos y otras infraestructuras dañadas por las llamas.
La Confederación Hidrográfica del Tajo ha contribuido significativamente construyendo 35 gaviones en las presas de Oliva de Plasencia y Villar de Plasencia, con planes para implementar otros 200 en Hervás. La colaboración entre las diferentes administraciones ha permitido actuar en montes de utilidad pública, donde se han retirado 14.500 estéreos de madera quemada, se han realizado 41.000 plantaciones nuevas y se han llevado a cabo diferentes obras de infraestructura hídrica.
El 'helimulching', específicamente, ha sido aplicado en áreas estratégicas para asegurar el abastecimiento de agua a las poblaciones locales, lo que ha mantenido el arrastre de cenizas al mínimo hasta el momento, incluso a pesar de las lluvias que han caído recientemente.
Sin embargo, un episodio de lluvias intensas registrado este miércoles provocó inundaciones tanto en zonas urbanas como rurales, resultando en un arrastre significativo de cenizas de forma rápida. Dicha situación es habitual tras incendios de gran magnitud, ya que se estima que los focos como el de Jarilla pueden dejar hasta tres kilos de cenizas por metro cuadrado, lo que plantea preocupaciones sobre la calidad del agua.
Cabe destacar que gran parte de la superficie quemada corresponde a zonas de alta montaña sin vegetación, lo que dificulta la retención de cenizas. Las autoridades han subrayado que este fenómeno no conlleva un impacto en la fauna fluvial ni incrementa la erosión del suelo, ya que solo afecta la capa superficial. Se trata de un impacto visual notable, pero temporal, que se espera se normalice en pocos días.
Anticipándose a posibles contratiempos, la Junta ha formado un comité técnico con la participación de varias administraciones para abordar la calidad del agua potable en las áreas afectadas por los incendios. Este grupo ha inspeccionado los sistemas de abastecimiento de las localidades, instruyendo a los servicios municipales en las mejores prácticas para proteger sus fuentes de agua y garantizar la calidad frente a la contaminación potencial.
El compromiso del Ejecutivo regional se evidencia en su papel de garantizar el suministro de agua en localidades como Jerte, Cabezuela del Valle y Casas de Monte, donde se han realizando obras de emergencia con una inversión de más de 512.000 euros. Esto tiene como finalidad prevenir un posible desabastecimiento debido a la sedimentación de cenizas y tierras que las recientes lluvias pueden provocar.
Para asegurar el acceso al agua en estas comunidades, se han proyectado captaciones de agua de gargantas no afectadas por el incendio, utilizando bombas y nuevas tuberías para llevar el agua hasta los depósitos municipales, que previamente han de ser cerrados para impedir la entrada de agua contaminada.
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