La ciudad de Badajoz se prepara para conmemorar su rica herencia árabe esta semana, dando inicio el viernes a la fiesta Al-Mossassa, un evento declarado de Interés Regional. Este año, una de las principales novedades será la incorporación de la Alcazaba como una de las sedes donde se llevarán a cabo diferentes actividades, como puestos de venta, cuentacuentos, demostraciones de cetrería y talleres de gastronomía andalusí.
El alcalde Ignacio Gragera, junto a varios miembros del ayuntamiento, se vistieron con trajes inspirados en la cultura árabe para inaugurar esta celebración, que rememora la fundación de Badajoz por Ibn Marwan hace 1.150 años. Gragera destacó la importancia de esta cifra "casi redonda" para los pacenses, quienes se sienten "muy orgullosos" de poder revivir su historia de manera colectiva. En colaboración con el concejal de Cultura, Ferias y Fiestas y el equipo municipal, así como los expositores, se busca transformar el casco histórico, la Plaza Alta y la Alcazaba en un espacio de recuerdo y orgullo identitario.
El alcalde ha enfatizado la intención de la festividad de conectar a los ciudadanos con los orígenes de la ciudad de forma amena. Según él, Badajoz es un lugar donde la herencia cristiana es profunda, aunque también reconoce la influencia de sus raíces árabes, afirmando que los pacenses no olvidan su legado histórico, simbolizado en la emblemática Alcazaba, piedra angular del municipio.
Desde su primera celebración en 1998, la fiesta se ha ampliado, y en esta edición contará con 111 expositores. Sin embargo, algunas modificaciones en el recorrido del zoco árabe han sido necesarias debido a los trabajos que se realizan en la Plaza de San José. Las actividades se distribuyen entre la Plaza Alta y la Alcazaba, ofreciendo una variada experiencia que incluye stands de artesanía, gastronomía, música y decoraciones que evocan un ambiente andalusí especial.
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