Extremadura, una región ubicada en el suroeste de España, es conocida por su rica historia que se remonta a la prehistoria. A lo largo de los siglos, esta tierra ha sido habitada por diversas civilizaciones que han dejado su huella en forma de arte rupestre, monumentos megalíticos y asentamientos prehistóricos. En este artículo exploraremos el legado prehistórico de Extremadura y cómo sigue presente en la actualidad.
Una de las manifestaciones más impresionantes del legado prehistórico de Extremadura es el arte rupestre. En la región podemos encontrar numerosas pinturas y grabados en cuevas y abrigos rocosos que datan de miles de años atrás. Estas representaciones muestran escenas de caza, animales, figuras antropomórficas y símbolos mágico-religiosos que nos ayudan a entender la forma de vida y las creencias de los antiguos habitantes de la zona.
Uno de los principales focos de arte rupestre en Extremadura se encuentra en la Sierra de San Pedro, donde se han descubierto numerosos abrigos con pinturas y grabados de gran valor arqueológico. Estas representaciones, muchas de las cuales están en peligro de desaparecer debido a la acción del hombre y de los elementos, nos hablan de la relación de las antiguas comunidades con su entorno natural y sus creencias religiosas.
Uno de los abrigos más destacados de la Sierra de San Pedro es el abrigo de La Cantera, donde se pueden apreciar pinturas de animales como caballos, ciervos y toros, así como figuras humanas y símbolos geométricos. Estas representaciones, que datan del período Neolítico, son un testimonio invaluable de la creatividad y destreza artística de los primeros habitantes de Extremadura.
Otro aspecto importante del legado prehistórico de Extremadura son los monumentos megalíticos, construcciones funerarias que datan de la Edad del Bronce y que se pueden encontrar en diferentes puntos de la región. Estas estructuras, como dólmenes, menhires y cromlechs, son testimonio de la complejidad social y religiosa de las antiguas comunidades que las erigieron.
Uno de los monumentos megalíticos más impresionantes de Extremadura es el dolmen de Lácara, una construcción funeraria compuesta por grandes losas de piedra dispuestas en forma de cámara sepulcral. Este monumento, que data del tercer milenio a.C., es uno de los mejor conservados de la región y nos habla de las prácticas funerarias de los antiguos habitantes de Extremadura.
Otro monumento megalítico destacado en Extremadura es el cromlech de Guadalupe, un círculo de piedras dispuestas de manera circular que se cree que tenía una función ritual o astronómica. Este monumento, que data del Neolítico, es un ejemplo de la habilidad técnica y el conocimiento astronómico de las antiguas comunidades de la región.
Además del arte rupestre y los monumentos megalíticos, Extremadura cuenta con numerosos asentamientos prehistóricos que han sido excavados por arqueólogos en los últimos años. Estos yacimientos nos ofrecen información invaluable sobre la forma de vida, la organización social y económica de las antiguas comunidades que habitaron la región en tiempos remotos.
Uno de los asentamientos prehistóricos más importantes de Extremadura es el yacimiento de Cancho Roano, una fortificación del Bronce Final que se cree que fue un importante centro político y económico en la región. Las excavaciones en este sitio han revelado restos de viviendas, almacenes, talleres y tumbas que nos ayudan a entender la organización de la sociedad en la Edad del Bronce en Extremadura.
Otro asentamiento prehistórico de gran importancia en Extremadura es el castro de Capote, una fortificación de la Edad del Hierro que se cree que fue habitada por los vettones, un pueblo celta que habitaba la región en la antigüedad. Este yacimiento nos ofrece información sobre la cultura, la arquitectura y las prácticas funerarias de los antiguos habitantes de Extremadura en la época prerromana.
En conclusión, el legado prehistórico de Extremadura es un tesoro invaluable que nos permite conocer y comprender la historia antigua de esta fascinante región. El arte rupestre, los monumentos megalíticos y los asentamientos prehistóricos son testimonio de la creatividad, habilidad técnica y complejidad social de las antiguas comunidades que habitaron estas tierras hace miles de años. Su estudio y conservación son fundamentales para preservar este legado y transmitirlo a las generaciones futuras.