Los ministros de Cultura de la Unión Europea han aprobado este martes la 'Declaración de Cáceres', impulsada por la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que recoge el compromiso unánime de los 27 estados miembros para que "la cultura sea de ahora en adelante considerada un bien público esencial y un bien público mundial al más alto nivel político".
Desde Cáceres, ciudad Patrimonio de la Humanidad, el Consejo de la Unión Europea ha sellado el compromiso común de "trabajar por que la cultura sea un elemento crucial de las políticas en favor de sociedades pacíficas, justas e igualitarias".
El documento recoge que la cultura juega un papel esencial en la construcción de sociedades democráticas y en el desarrollo personal de la ciudadanía. "La cultura es esencial para lograr sociedades más sanas, justas, críticas, libres, tolerantes, integradoras e igualitarias", expresa el texto aprobado, que incluye el propósito de "trabajar para que la cultura sea reconocida en sí misma como un nuevo objetivo de desarrollo sostenible".
De hecho, desde la Comisión Europea se ha destacado la importante dimensión cultural del desarrollo sostenible, con el compromiso de su uso para contribuir a implantar la Agenda 2030. Así, la acción política y la cooperación de la Unión Europea en este ámbito se centran en aprovechar el poder de la cultura y la diversidad cultural para la cohesión social y el bienestar mediante cuestiones que ya contempla el Plan de Trabajo para la Cultura de la UE para el periodo 2023-2026.
La 'Declaración de Cáceres', por tanto, supone un paso adelante para, finalmente, lograr incluir la Cultura como el 18º Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) en la próxima revisión de la Agenda 2030.
La intención es que sea Europa la que asuma y abandere el liderazgo mundial del trabajo que tenga como meta garantizar el acceso universal a la cultura, independientemente de las circunstancias geográficas, políticas, idiomáticas, educativas o de la propia herencia cultural de cada individuo.
La 'Declaración de Cáceres' hace mención también al papel que jugó la cultura durante la pandemia producida por el Covid-19 ya que se reveló como algo "imprescindible en aquellos días tan duros". "La cultura es vida, salud, integración, resistencia y esperanza. La cultura nos une, nos vincula, nos integra. La cultura nos reconoce, nos abriga, nos acoge. La cultura abre puertas, rompe barreras, sana heridas y ofrece caminos para vidas y sociedades mejores. Cultura y vida nunca están separadas, sino que forman parte de un todo", añade el texto.
Asimismo, en su enunciado, la 'Declaración de Cáceres' contiene una condena "sin matices" a "la agresión injustificada de Rusia contra Ucrania, su pueblo y su identidad cultural", al tiempo que muestra su dolor por los "ecos de la guerra en el corazón de Europa".
Tras la firma del documento, el ministro de Cultura y Deporte en funciones, Miquel Iceta, que ha actuado como anfitrión, ha mostrado su satisfacción por la aprobación unánime de la 'Declaración de Cáceres' que "muestra un compromiso de todos los estados miembros con la cultura como un bien público esencial".
"Creemos que Europa se fundamenta en unos valores, en una historia y en una cultura y merece la pena que todos hagamos el esfuerzo de reforzar esa vertiente europea que es la cultura en toda su extensión", ha asegurado Iceta, que ha anunciado que en la cumbre informal de los ministros también se ha hablado de patrimonio y de la "preocupación" que existe por el deterioro del patrimonio que también causa el cambio climático.
Por ello, los ministros han intercambiado experiencias y prácticas que se están dando en el conjunto de países. "Ha sido una reunión fructífera pero muy agradable y en un clima basado en los dos amores que nos han reunido en Cáceres, el amor a la cultura y el amor a Europa", ha señalado el ministro español que espera que este encuentro "sea un impulso más que ponga a la cultura en el lugar que le corresponde y que seamos capaces de capear los pequeños o grandes problemas presupuestarios o de todo orden que se suelen suscitar en las instituciones europeas".
Antes de la firma de la declaración, los ministros han participado en dos mesas de trabajo y debate, una titulada 'La cultura como bien público esencial, como bien público mundial' y un segundo debate sobre la necesidad de impulsar a nivel europeo la gestión sostenible del patrimonio cultural, su acceso universal y su papel vertebrador del territorio.
En este marco, España ha compartido con las delegaciones el 'Libro verde para la gestión sostenible del patrimonio', recientemente publicado, que aborda la vinculación del patrimonio con la sociedad y el desarrollo sostenible. Tal como ha expuesto Iceta, "es un documento vivo, con vocación de mejora y actualización permanente, que incorpora buenas prácticas". "Confiamos en que será una herramienta útil para todos nuestros gestores de patrimonio", ha dicho el ministro.
En este debate, también se ha hecho referencia a los 'Paisajes Culturales' como espacios de memoria que favorecen el sentimiento de arraigo en los distintos territorios y reflejan la base física de su patrimonio inmaterial. España, por ejemplo, cuenta con más de 100 paisajes culturales que incluyen varios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La elección de Cáceres como sede de esta reunión informal de los 27 ministros de Cultura europeos ha tenido un doble objetivo. El primero, el reflejo de que la cultura es un eje vertebrador del territorio, con capacidad para llegar a todos los rincones. El segundo, la voluntad del Gobierno de España de descentralizar y diversificar los actos programados con motivo de la Presidencia del Consejo de la UE.
Además de las reuniones y debates programados en este encuentro, las delegaciones ministeriales de los estados miembros han tenido la oportunidad de conocer la ciudad extremeña. Fundada por los romanos, conserva vestigios de las diversas culturas que la han poblado a lo largo del tiempo, siendo su casco antiguo una mezcla de estilo gótico y renacentista, con calles medievales adoquinadas que albergan manifestaciones de las tres culturas: cristiana, musulmana y judía, así como casas y palacios fortificados.
Está rodeada por una muralla almohade del siglo XII y tiene alrededor de 30 torres. Esta singularidad monumental llevó a la Unesco a declararla Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1986. Durante su estancia, las delegaciones de los países han conocido este casco histórico y también han visitado el Museo Helga de Alvear, que acoge una de las colecciones de arte contemporáneo más importante de Europa.
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