En Mérida, los investigadores de la Universidad de Extremadura (UEx) Mireia Niso Santano y José Manuel Fuentes están llevando a cabo un estudio pionero. Este estudio se enfoca en analizar cómo la disfunción del sistema inmunitario innato y adaptativo impacta en los procesos neurodegenerativos asociados a enfermedades como el Alzhéimer, Parkinson y Huntington.
Niso Santano y Fuentes, miembros del grupo PARK de la UEx, han publicado un artículo de revisión en la revista Cell Discovery, junto con el reconocido experto en inmunología del cáncer, Lorenzo Galluzzi. Este artículo destaca por su significativo Factor de impacto del 33,5.
En declaraciones, Mireia Niso explicó que la importancia del sistema inmune en las enfermedades neurodegenerativas ha sido subestimada por mucho tiempo. Tradicionalmente, la investigación se ha centrado en las neuronas, relegando al sistema inmune a un segundo plano. Sin embargo, cada vez hay más pruebas que respaldan su relevancia en estos procesos.
Los científicos han examinado detalladamente los mecanismos de la inmunidad innata y adaptativa en enfermedades como el Alzhéimer, Parkinson y Huntington. Descubrieron que el sistema inmune puede tener un papel tanto protector como perjudicial, dependiendo de la etapa de la enfermedad y el tipo de patología.
Niso Santano destacó que la respuesta inmune innata es crucial para la defensa del cerebro y el sistema nervioso central. Esta respuesta implica un conjunto de células especializadas que protegen de agresiones externas e internas, como el cáncer o la acumulación de proteínas.
Por otro lado, la respuesta inmune adaptativa, que involucra a linfocitos B y T, puede generar una memoria inmunológica. En el contexto de las enfermedades neurodegenerativas, el sistema inmune reacciona ante proteínas anómalas, desencadenando procesos neuroinflamatorios comunes a todas estas patologías.
El desafío se presenta cuando la activación excesiva del sistema inmune conduce a la destrucción de neuronas sanas. Esta sobreactivación puede desencadenar vías de muerte celular, contribuyendo al deterioro neuronal en estas enfermedades.
En el caso del Alzheimer, por ejemplo, la acumulación de placas amiloides desencadena una respuesta inflamatoria que puede resultar en la destrucción de neuronas sanas. La respuesta inflamatoria temprana se evidencia en citoquinas inflamatorias presentes en el líquido cefalorraquídeo o cerebral.
Ante este panorama, las investigaciones más recientes apuntan hacia tratamientos inmunomoduladores que buscan modular la respuesta del sistema inmune frente a estas enfermedades neurodegenerativas. Estos tratamientos complementarios tienen como objetivo reducir los signos patológicos asociados a cada enfermedad específica.
En definitiva, el sistema inmune juega un papel integral en las enfermedades neurodegenerativas y su correcta modulación puede ser clave para ralentizar el progreso de estas patologías. Es fundamental adoptar un enfoque integral que considere la complejidad de estos trastornos multifactoriales.
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