MÉRIDA, 14 Nov.
El prestigioso Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida ha iniciado un importante proceso de restauración para limpiar diversas pintadas vandálicas que han afectado a múltiples monumentos emblemáticos de la capital extremeña, un hecho que no solo hiere la estética de la ciudad, sino que compromete seriamente la conservación de nuestro invaluable Patrimonio Histórico-Arqueológico.
Las obras de restauración se han concentrado en un total de seis monumentos de gran relevancia histórica, que son el Puente Romano sobre el río Guadiana, el Puente Romano sobre el río Albarregas, el Dique Romano, la Muralla de la Alcazaba ubicada en la Plaza de las Méridas del Mundo, el Acueducto de los Milagros y, por supuesto, la Casa del Mitreo.
En total, se han contabilizado 41 pintadas vandálicas, realizadas con aerosoles de diversas tonalidades. De estas, 14 se han perpetrado directamente sobre la piedra original de estos monumentos históricos, mientras que 27 más han ensuciado las zonas de vallado de los recintos monumentales, una acción que agrava el daño causado.
Para llevar a cabo la eliminación de estas indeseadas pintadas, el Consorcio ha decidido contratar a una empresa especializada, compuesta por un equipo de cuatro conservadores-restauradores que actúan bajo la estricta supervisión de la conservadora-restauradora del propio Consorcio. Es importante mencionar que la inversión destinada a esta labor asciende a 2.096 euros, subrayando así el empeño por proteger nuestro legado cultural.
La pintura utilizada en estas agresiones vandálicas se encuentra "fuertemente adherida" a los poros de la piedra, la cual es mayoritariamente de granito. Este estado exige un proceso de limpieza "muy minucioso" para evitar daños irreparables al material original, lo que pone de manifiesto la complejidad de la tarea que enfrenta el equipo de expertos.
El Consorcio ha explicado que se han utilizado dos técnicas de eliminación. Primero, se han aplicado diferentes decapantes y geles diseñados para descomponer el color de la pintura. En una segunda fase, se han matizado las sombras que aún persistían mediante el uso de un microabrasímetro, que proyecta áridos de diversas durezas para lograr un acabado óptimo.
Conscientes de la gravedad del vandalismo, el Consorcio no solo se limita a restaurar los monumentos, sino que también denuncia ante el Juzgado cada caso de vandalismo del que tiene conocimiento, dado que estos actos son constitutivos de un delito de daños contra el Patrimonio histórico o arqueológico según lo estipulado en el artículo 323 del Código Penal. Las penas por este tipo de delitos pueden oscilar entre seis meses y tres años de prisión o multas que varían de 12 a 24 meses.
En un esfuerzo adicional por concienciar a la población, el Consorcio destaca la importancia de la educación a través de programas como 'La Escuela Adopta un Monumento' y talleres didácticos. Estas iniciativas son fundamentales para transmitir el conocimiento necesario y hacer entender que la protección y conservación del patrimonio histórico "es responsabilidad de toda la ciudadanía".
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