Nuevas excavaciones en el castro vettón de Villasviejas del Tamuja revelan Hallazgos históricos significativos.
MÉRIDA, 6 de enero.
Recientes excavaciones llevadas a cabo por expertos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC), en colaboración con la Universidad de Extremadura y Cicytex, han aportado avances significativos en la comprensión del castro vettón de Villasviejas del Tamuja, ubicado en Cáceres. Este sitio, que ha sido considerado uno de los más representativos de la protohistoria extremeña, promete ofrecer valiosa información para la reconstrucción de su historia ancestral.
El proyecto de investigación, que se lanzó en 2016 bajo el liderazgo de Victorino Mayoral, un destacado científico titular del IAM-CSIC, continuará su andadura en 2023 tras recibir financiación principalmente de la Junta de Extremadura a través de sus iniciativas regionales de investigación y desarrollo (I+D).
Durante la última campaña de excavaciones, que se llevó a cabo este otoño, se ha profundizado en el estudio del castro, que estuvo habitado desde el siglo IV hasta el I a.C., es decir, durante la Segunda Edad del Hierro y el inicio del periodo romano. Este lugar ha sido objeto de análisis por su relevancia histórica y los hallazgos que pueden transformar nuestra perspectiva de la antigüedad en la región.
Los investigadores se han enfocado en validar la información proporcionada por métodos no invasivos como la prospección geofísica y la teledetección. En concreto, han realizado excavaciones en dos áreas del yacimiento: la muralla del recinto Sur y la zona funeraria de El Mercadillo, situada a unos 300 metros al sur del castro.
En la primera área, se ha trabajado para documentar el acceso monumental al recinto amurallado, previamente detectado por el georradar, el cual ya había recibido atención el verano del año pasado. Los hallazgos más relevantes incluyen una cronología detallada que abarca desde la construcción inicial de la muralla hasta su posterior reutilización para el cultivo, según información proporcionada por la Junta de Extremadura.
En el análisis de la fase de abandono de la fortificación, se registraron construcciones que se superponen a la muralla y que corresponden a una de las últimas etapas de ocupación del castro. Los materiales descubiertos indican que esta fase de ocupación se extendió hacia finales del siglo I a.C., lo que coincide con el comienzo del periodo imperial romano.
En este contexto, se ha descubierto una moneda de gran interés, un nuevo ejemplar de la emisión bilingüe de Tamusia, que reitera la autenticidad de estas monedas. Este hallazgo se suma al debate académico que gira en torno a la identificación de Villasviejas con la antigua ciudad de Tamvsia, una cuestión que ha sido materia de análisis durante años.
En la segunda área de estudio, se buscó verificar la interpretación de datos no invasivos como el LiDAR, la magnetometría, el georradar y la inducción electromagnética, que sugerían la existencia de una gran estructura rectangular de 112 x 122 metros al sur del castro, la cual se superpone parcialmente a una de las necrópolis utilizadas por la población local.
Los artefactos arqueológicos recuperados en esta zona indican que la estructura podría datarse alrededor del inicio del siglo I a.C. Esta especulación, junto con la naturaleza de los materiales hallados, como proyectiles de honda y ánforas romanas, coincide con descubrimientos previos realizados en 2019/20 en el recinto Sur del castro, que evidencian un conflicto bélico posiblemente enmarcado en las guerras sertorianas (72-82 a.C).
El contexto histórico que se relaciona con estos hallazgos también está alineado con el incendio y posterior abandono del campamento militar de Cáceres el Viejo. Las excavaciones sugieren que la estructura de Villasviejas consistía en un gran terraplén hecho de pizarra picada, rodeado por una edificación de postes que fue incendiada, además de una excavación en la base rocosa, delimitando así un área de 1,27 hectáreas que representa un emplazamiento estratégico para la defensa, a solo 200 metros al sur del castro.
Todo esto lleva a plantear la teoría de que esta estructura, que había permanecido desconocida hasta este momento, podría estar relacionada con un episodio de conflicto en Villasviejas y sus alrededores, posiblemente como un campamento vinculado al asedio del asentamiento, tal como sugieren los evidentes signos de destrucción violenta hallados en las excavaciones.
A pesar de que los hallazgos aún están siendo analizados, preliminarmente se puede afirmar que estos resultados enriquecerán nuestra comprensión de la historia de Villasviejas en un período crucial marcado por el impacto de la presencia romana en las comunidades locales.
Finalmente, las excavaciones destacan el excepcional estado de conservación de la muralla del recinto Sur, elementos que incrementan aún más el atractivo turístico del sitio como destino cultural en la región, según lo señala la Junta de Extremadura.
Esta significativa labor ha sido posible gracias a la financiación de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional de la Junta de Extremadura, así como al apoyo del Ayuntamiento de Botija y a la asistencia técnica de María Estévez Bizarro y Pedro Delgado Molina (Groma 2.0), bajo la supervisión científica de Victorino Mayoral.
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