Crónica Extremadura.

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Obispo de Coria-Cáceres envía mensaje de esperanza de la Virgen de Guadalupe a afectados por incendios.

Obispo de Coria-Cáceres envía mensaje de esperanza de la Virgen de Guadalupe a afectados por incendios.

En la localidad de Guadalupe, en Cáceres, el Obispo Jesús Pulido se dirigió a los afectados por los devastadores incendios que han golpeado a la región este verano, ofreciendo un mensaje lleno de esperanza. Esta declaración se realizó durante la festividad del 8 de septiembre, Día de Extremadura, donde se recordó a la Virgen de Guadalupe, patrona de la comunidad.

Durante su homilía en la misa solemne celebrada en el Monasterio de Guadalupe, Pulido expresó que perder bienes y recuerdos duele enormemente, pero subrayó la importancia de la comunidad: "Si contamos con hermanos, nunca estamos solos. Nos cuidamos entre todos". Resaltó que en este verano, donde la solidaridad ha demostrado ser más poderosa que las llamas, los extremeños han estado unidos frente a la adversidad.

El obispo también destacó que la verdadera esperanza se traduce en acciones concretas: "Compartir lo poco que se tiene, estar al lado de quien sufre y no dejar a nadie atrás" son esenciales en tiempos de crisis, enfatizó Pulido. Este año, presidió la misa pontifical en un evento marcado por la presencia de destacados líderes religiosos.

La celebración del Día de Extremadura tuvo lugar en uno de los lugares más emblemáticos de la región. Tras la entrega de las Medallas de Extremadura en el Teatro Romano de Mérida, el Monasterio de Guadalupe se convirtió en el epicentro de los actos religiosos, con la participación de importantes figuras políticas y religiosas locales.

Entre los asistentes a la misa se encontraban la presidenta de la Junta, María Guardiola, junto a otros miembros del gobierno regional y de distintas instituciones judiciales y municipales. La jornada comenzó con el Rosario de la Aurora a primera hora de la mañana y culminó con la tradicional misa pontifical, seguida de una procesión con la imagen de la Virgen, que recorrió el claustro del monasterio.

Durante su discurso, Monseñor Pulido también hizo eco de la complejidad de los conflictos globales, mencionando la guerra en Ucrania y en Tierra Santa. Expresó su deseo de que estos conflictos terminen pronto, aunque anticipó que sanar las heridas dejadas por ellos podría ser un proceso más prolongado y complicado.

Además, dirigió unas palabras a aquellos que han sufrido por los incendios, afirmando que la Virgen de Guadalupe ofrece un mensaje claro: "Nuestra Madre no permitirá que perdamos la esperanza". Recordó que en este año jubilar de la Encarnación, María simboliza la luz y el camino hacia un futuro mejor.

Sin embargo, Pulido reconoció que, a pesar de la extinción de los incendios, la tristeza y el desánimo persisten en las comunidades afectadas. La devastación material es profunda, pero también lo es el impacto emocional de ver desaparecer ecosistemas que han sido parte de la historia y cultura de la región durante años.

A pesar de las dificultades, el obispo insitió en que hay una esperanza que surge del mismo terreno, representada por la resiliencia de los campesinos, quienes cada día se levantan dispuestos a construir un futuro renovado. "La esperanza es el derecho de las víctimas y los desfavorecidos. Es lo último que se pierde", agregó con firmeza.

La misa concluyó con vítores a la Virgen de Guadalupe y a la región de Extremadura, reafirmando que esta tierra no está en soledad, ya que cuenta con una "madre" que inspira valor y confianza en sus habitantes.