En Mérida, el 27 de octubre, se ha manifestado la portavoz del PSOE en Extremadura, Isabel Gil Rosiña, quien confirmó que su partido no respaldará la enmienda a la totalidad propuesta por Vox en el debate sobre el presupuesto de la Junta que tendrá lugar este martes en la Asamblea Regional. Esta decisión se toma, según Rosiña, en un ejercicio de coherencia política.

El plenario de este martes se centrará en la discusión de las enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos de oposición, que piden la devolución del proyecto presupuestario elaborado por el presidente Guardiola. El resultado de esta votación es crucial, pues la aprobación de alguna enmienda podría llevar a un posible adelanto de elecciones, tal y como advirtió la presidenta recientemente.

El contexto político en el parlamento extremeño es complejo. Para que alguna de las enmiendas prospere, sería necesario que se alinearan ciertos apoyos, ya sea que el PSOE se sume a la enmienda de Vox, o que ambos partidos, junto a Unidas por Extremadura, apoyen la propuesta de esta última agrupación. Alternativamente, Vox podría decidir abstenerse o votar a favor de la enmienda socialista para que se logre la mayoría.

Durante una rueda de prensa en Mérida, Rosiña fue contundente al rechazar cualquier posibilidad de que los socialistas apoyaran la enmienda de Vox. Se preguntó retóricamente: “¿Alguien considera razonable que el Partido Socialista respalde esta enmienda?”.

Además, Rosiña hizo hincapié en la incongruencia de tal idea, sugiriendo que puede que en el PP piensen que los socialistas no toman en serio la situación en Extremadura, describiendo el debate sobre las enmiendas como “un juego de trileros” donde la seriedad y el compromiso parecen estar ausentes.

Al finalizar, reiteró que los socialistas tienen un compromiso real con el bienestar de Extremadura y, tras más de tres décadas en el gobierno, conocen bien las medidas necesarias en tiempos difíciles. Aseguró que el futuro de la comunidad está en juego, enfatizando que un adelanto electoral en 2026 podría conllevar una “paralización” que perjudicaría a la región.

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