En Mérida, el 2 de julio, se ha registrado un trágico evento relacionado con el intenso calor que azota la región. Un hombre de 67 años, parte del Área de Salud Plasencia, ha perdido la vida debido a las extremas temperaturas, según lo señalado por el Servicio Extremeño de Salud (SES).

Este organismo de salud pública ha emitido una alerta a la ciudadanía, subrayando que la exposición prolongada a calor intenso puede llevar a serias alteraciones en el funcionamiento del organismo. La pérdida de agua y electrolitos son factores clave que pueden comprometer la salud de las personas.

Entre las repercusiones más comunes se encuentran los calambres, mareos y cefaleas, que pueden escalar hasta situaciones más graves como la deshidratación, insolación y golpe de calor. Este último es particularmente preocupante, ya que puede ocasionar daños multiorgánicos, convulsiones e incluso el coma.

Las personas mayores y los niños son especialmente vulnerables a los cambios bruscos de temperatura. Asimismo, aquellos que padecen enfermedades crónicas, quienes están en tratamientos médicos o que tienen discapacidades que limitan su capacidad de respuesta, suelen sufrir una descompensación en sus mecanismos de termorregulación.

El SES hace hincapié en que la población que más riesgo corre ante situaciones de calor extremo son los mayores de 65 años, los menores de 4 años, las mujeres embarazadas y quienes sufren de enfermedades crónicas o trastornos de la memoria. También se incluyen a aquellos que están bajo tratamientos con medicamentos como diuréticos, neurolépticos y tranquilizantes.

Ante estas circunstancias, las recomendaciones del SES son claras: se insta a las personas a evitar la exposición al sol durante las horas más calurosas del día. Además, se sugiere mantener una adecuada hidratación, consumiendo especialmente agua y zumos de fruta fríos sin esperar a sentir sed, así como reducir la ingesta de comidas pesadas y limitar el consumo de alcohol.