LLERA (BADAJOZ), 7 de mayo.

La hembra de lince conocida como Vírgula, que nació en estado salvaje en la región de Campo de Montiel en marzo de 2024, ha finalizado su proceso de adaptación a la vida adulta. Esta joven lince es hija de Sirfi, quien tristemente falleció en un accidente de tráfico, pero su legado continúa gracias al trabajo del Programa Ibérico de Conservación de la especie.

La liberación de Vírgula tuvo lugar el pasado lunes en la Sierra de Matachel, en la finca Las Mil Quinientas, coincidiendo con un apagón masivo en España a las 12:33 horas. Con su regreso a la naturaleza, se consolida una iniciativa que ha visto crecer la población de linces en Extremadura a cerca de 300 individuos.

Recogida y trasladada en julio de 2024 al Centro Nacional de Reproducción El Chaparrillo, Vírgula pesaba poco más de dos kilogramos al llegar. Con el paso de los días y bajo el cuidado adecuado, su peso pasó a 5,4 kilogramos a los 135 días, y alcanzó los 9,2 kilos al cumplir un año, lo que le permitió ser reintroducida en un tiempo récord.

María Jesús Palacios, directora de Programas de Conservación y del Proyecto de Reintroducción de lince en Extremadura, ofreció más información sobre la joven felina. Aunque se sabe con certeza que es hija de Sirfi, aún hay dudas sobre su padre, ya que dos machos, Samos y Plutonio, competían por la atención de la madre.

Tras el trágico accidente que costó la vida a Sirfi y el hallazgo de sus descendientes, se iniciaron las labores de rescate en mayo de 2024, logrando localizar a los cachorros cuando tenían apenas tres meses.

Luego de su estancia inicial en El Chaparrillo, Vírgula fue trasladada el 2 de junio a Silves, donde recibió tratamiento por una dermatitis posiblemente causada por parásitos. Después de un periodo de recuperación, se decidió devolverla a su hábitat natural, reforzando así la genética de la población local.

En su camino hacia la independencia, Vírgula fue acompañada por uno de sus hermanos, Bento, con quien empezó a aprender las técnicas de caza necesarias para sobrevivir en libertad. Con el tiempo, Vírgula se destacó como la más dominante, estableciendo rápidamente su lugar en la dinámica entre ambos.

A finales de julio, ambos linces habían desarrollado habilidades de caza, siendo Vírgula la primera en alimentarse, lo que denota su carácter asertivo y su capacidad de liderazgo.

Bento fue liberado antes que ella, mientras que Vírgula tuvo la compañía de otra hembra para fomentar la socialización entre las linces. La interacción fue positiva, mostrándose ambas con actitudes amistosas.

Actualmente, Vírgula deambula por la región de Llera, donde el terreno escarpado y rocoso, junto al río Matachel, se convierte en un sólido refugio para este magnífico felino. Las expectativas son altas, pues hay machos en la zona expectantes de su presencia, atraídos por su belleza y energía.

Germán Puebla, director general de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, estuvo presente durante la liberación y expuso la importancia de este tipo de proyectos. Afirmó que la recuperación de la población de conejos en los hábitats del lince es esencial para el éxito continuo del programa de reintroducción.

Según Puebla, la población extremeña ha desarrollado un fuerte apego al lince, reconociendo su valor como especie fundamental en el ecosistema, aunque a menudo hay falta de comprensión sobre su importancia en entornos urbanos.

Resaltó que el lince, al ser una especie que no ataca generalmente al ganado si hay suficiente alimento, ha disipado las preocupaciones en el sector de la caza. La labor de educación pública también ha contribuido a minimizar los temores y a fomentar una percepción positiva sobre el lince y su reintegración al medio natural.

Puebla enfatizó la necesidad de continuar invirtiendo en el bienestar de la especie, incluyendo vigilancia de su entorno y mejoras en infraestructuras para mitigar los riesgos de atropellos. Aunque conlleva un costo significativo, considera fundamental utilizar los recursos de manera cuidadosa y efectiva.

Aspira a que el proyecto avance a una siguiente fase una vez que el lince haya establecido su territorio, donde el enfoque se centrará en la consolidación de la población y en asegurar una presencia robusta de conejos para su alimentación.

Además, abordó el vínculo estrecho entre la comunidad y el lince, señalando que se indemnizarán automáticamente los daños causados por estos felinos a ganado, siempre que se demuestre su responsabilidad en dichos ataques. Reiteró que un lince bien alimentado no se verá en la necesidad de atacar al ganado.

En cuanto a la gestión del lince, Puebla afirmó que hay un gran nivel de colaboración entre diferentes regiones y administraciones, trabajando en conjunto independientemente de sus diferencias políticas para reforzar los esfuerzos de reintroducción.

Se mencionó también la posibilidad de promover el avistamiento del lince como actividad turística, aunque resaltó la importancia de hacerlo con respeto y bajo supervisión adecuada para preservar su hábitat natural. Puebla recalcó que cualquier idea de turismo relacionado debe garantizar la protección del lince como especie silvestre.