Crónica Extremadura.

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Conflictos y acuerdos dominan el debate de Gallardo, Fernández y De Miguel en RTVE, sin la presencia de Guardiola.

Conflictos y acuerdos dominan el debate de Gallardo, Fernández y De Miguel en RTVE, sin la presencia de Guardiola.

En Mérida, el pasado 18 de diciembre, se llevó a cabo un intenso y polémico debate electoral en RTVE que miraba hacia las elecciones extremeñas programadas para el 21 de diciembre. El foro se centró en las tensiones entre los principales partidos, las acusaciones sobre posibles alianzas tras las elecciones, y la crítica situación de los servicios públicos en la región.

El encuentro, moderado por el periodista Xabier Fortes y con una duración aproximada de 75 minutos, reunió a los aspirantes a la presidencia de la Junta de Extremadura: Miguel Ángel Gallardo (PSOE), Óscar Fernández Calle (Vox) e Irene de Miguel (Unidas por Extremadura). Uno de los temas destacados fue la ausencia de la candidata del PP, María Guardiola, quien decidió no participar, un hecho que fue criticado por los demás candidatos presentes.

Durante el debate, los participantes discutieron varios puntos cruciales para la comunidad, incluyendo el futuro de la planta nuclear de Almaraz, los desafíos que enfrenta el ámbito rural, la política fiscal y el estado actual de la sanidad. En este marco, el representante de Vox no perdió la oportunidad de atacar a Gallardo, quien se encuentra bajo investigación judicial por un caso relacionado con la contratación del hermano del presidente Pedro Sánchez cuando era el líder de la Diputación de Badajoz.

Fernández Calle describió a Gallardo como "más que un presunto delincuente", acusándolo de crear un puesto de trabajo "a medida" para el familiar del líder socialista. Su mensaje fue claro: “Es una estafa y una vergüenza para los extremeños que esté aquí”, enfatizó, señalando la gravedad de las acusaciones.

Por su parte, Gallardo defendió su inocencia, argumentando que las acusaciones en su contra son el resultado de un ataque orquestado por un sindicato cuya denuncia considera falsa y carente de fundamento. “Soy inocente, y la justicia lo confirmará”, aseguró el candidato socialista.

En lo que se refiere a posibles acuerdos de gobierno tras las elecciones, Gallardo insinuó que es probable que Guardiola y Fernández Calle se unieran, aunque consideró que la popular tendría que pagar un precio más alto por dicha alianza. Gallardo se mostró receptivo ante la idea de gobernar en una hipotética "mayoría progresista", sugiriendo que hay dos caminos ante los votantes: el del PP y Vox, que ya "hemos visto que fracasa", o un gobierno progresista.

La candidata de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, se alineó con la idea de que los electores deben elegir entre un bloque conservador y uno progresista. No obstante, dejó claro su deseo de asumir un papel de liderazgo en el bloque progresista, indicando que algunas figuras tendrían que "dar un paso al lado" tras el 21D. Señaló que el PSOE necesita una reflexión sobre su papel en el futuro, sobre todo en relación con la situación judicial de Gallardo.

De Miguel también subrayó que PP y Vox, en esencia, se entienden a la perfección, sugiriendo que, de ganar, podrían gobernar juntos, una opinión que coincide con la de Gallardo. Mientras tanto, Fernández Calle optó por no especular sobre las alianzas futuras, Joaquín que sigue siendo temprano para discutir esos temas.

El candidato de Vox dejó claro que su único pacto es con los ciudadanos para "traer el cambio que Guardiola ha robado" a los extremeños, atacando el acuerdo que, según él, mantienen el PP y el PSOE a nivel europeo y en varias instituciones locales. “Son lo mismo”, afirmó sin dudarlo.

Entre mensajes directos a la ciudadanía, Gallardo remarcó su deseo de liderar la Junta para "recuperar el tiempo perdido", recordando que en las pasadas elecciones ganó el PSOE, pero un pacto entre PP y Vox trajo consigo lo que él considera un "fracaso" para Extremadura. También mencionó la falta de participación de Guardiola, quien no se presentó al debate para defender su gestión.

El debate no solo abordó cuestiones de política económica y social, sino que también tocó la regeneración democrática, así como las acusaciones de corrupción. Gallardo criticó a Guardiola por sus fallos en políticas sociales, mientras que Fernández Calle acusó al PSOE y Unidas de no proteger a las mujeres al liberar a violadores. Por su parte, De Miguel se centró en las consecuencias de las privatizaciones en la sanidad regional, llamándola "rota".

Los aspirantes ofrecieron visiones distintas sobre el futuro de Extremadura: Gallardo prometió mejorar la atención primaria y la homologación salarial de los docentes si logra gobernar; Fernández Calle abogó por reducir la cantidad de parlamentarios y garantizar servicios esenciales, mientras que De Miguel se comprometió a restaurar la gratuidad de los comedores escolares y asegurar la financiación de la universidad.