En Mérida, el 17 de diciembre, el candidato de Vox a la presidencia de la Junta de Extremadura, Óscar Fernández Calle, ha lanzado una audaz propuesta para cambiar la configuración política de la región. Su plan incluye la drástica reducción del número de diputados en la Asamblea, disminuyendo los actuales 65 a solo 33, con el objetivo de disminuir el gasto en política, el cual, según él, ha sido constantemente alimentado por el bipartidismo del PSOE y el PP.

Esta iniciativa forma parte del programa electoral de Vox para las elecciones que se celebrarán el próximo domingo. En una reciente rueda de prensa, Fernández Calle recordó que mientras su partido aboga por una reducción significativa, tanto el PP como el PSOE han decidido, en cambio, aumentar el número de escaños en las Cortes de Castilla-La Mancha.

Fernández Calle tildó de "estafa del bipartidismo" a las acciones de ambos partidos, subrayando que recientemente se alcanzó un acuerdo para incrementar los diputados de 33 a 55, lo que a su juicio representa un claro intento de aumentar el gasto político.

Desde la perspectiva de Vox, es fundamental revertir esta tendencia. La propuesta de Fernández Calle aboga por una reducción drástica del gasto político, sugiriendo no solo disminuir el número de diputados, sino también reducir las asignaciones a los grupos de la Asamblea de Extremadura.

"Es esencial que los recursos públicos estén en manos de los ciudadanos", resaltó el candidato, añadiendo que el dinero debería destinarse a áreas prioritarias como políticas sociales, educación, vivienda y sanidad, en lugar de enriquecerse en los bolsillos de los políticos.

Según Fernández Calle, con un número de 33 diputados, los extremeños estarían "suficientemente representados". Afirmó que alrededor del 90 por ciento de la población respiraría con alivio y apoyaría esta medida, y que se sentiría reflejada en este cambio.

El candidato de Vox criticó la trayectoria del bipartidismo, describiéndolo como una industria en sí misma que se encarga de colocar a muchos de sus miembros en posiciones de poder, lo cual no beneficia en lo absoluto a los ciudadanos, quienes son, al fin y al cabo, los que sostienen este sistema.

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