Con fecha del 16 de diciembre en Mérida, el Consejo de Gobierno ha tomado una decisión significativa al aprobar un decreto que clasifica la plaza de toros de Trujillo como Bien de Interés Cultural, otorgándole la categoría de Monumento. Este paso es crucial para asegurar la protección y preservación de esta invaluable obra arquitectónica del siglo XIX.
En una conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, la portavoz de la Junta, Elena Manzano, explicó que esta plaza no solo es notable por su longevidad, ya que fue inaugurada en 1848, sino también por la relevante figura de su arquitecto, Calixto de la Muela, que dejó su huella en la historia al participar en la reforma de monumentos emblemáticos, como el Senado en Madrid y el antiguo polvorín en Cáceres.
Históricamente, la plaza de toros ha tenido un trasfondo trágico, ya que durante la Guerra Civil Española sirvió como campo de concentración para prisioneros republicanos entre 1937 y 1939, lo que resultó en un estado de deterioro severo. Como consecuencia, el ayuntamiento emprendió su rehabilitación en la década de los cuarenta y, principalmente, en la de los cincuenta.
Este edificio se caracteriza por estar libre en todos sus lados, aunque en su lado sur se encuentran adosados los corrales. En términos de diseño, tiene dos niveles de diferentes alturas, siendo la planta baja la más amplia. Esta planta baja presenta arcos ciegos sobre pilastras, intercalados con arcos de menor tamaño, todos ellos de forma rebajada y enmarcados de manera rectangular.
La planta superior se encuentra retrasada respecto a la inferior y está adornada con un tejadillo de teja árabe. En esta zona, las ventanas, muchas de ellas cegadas, están empotradas entre pilastrillas. Además de la conocida 'Puerta Grande', la plaza cuenta con otras dos entradas, llamadas Sol y Sombra.
En su interior, la plaza de toros mantiene la disposición típica de estas estructuras, conservando en gran parte su diseño original de 1848, aunque ha sido objeto de diversas reformas. El graderío está construido en granito, con pilares que sostienen barandillas que separan la zona de palcos y resguardan las entradas al área de espectadores. Algunas de estas barandillas tienen un valor patrimonial significativo, ya que pertenecen a distintas épocas.
Un espacio destacado de la plaza es la andanada, que alberga la presidencia, palcos y una sección del graderío, y que está conformada por una galería cubierta sustentada por columnas toscanas de granito.
La cubierta actual, que no es la original, fue modificada en la década de 1950, reemplazando la antigua de madera por una nueva de vigas de hormigón y bovedillas de ladrillo, terminando con una techumbre a dos aguas, también de teja árabe.
El inmueble incluye áreas como enfermería, desolladero, cuadras y corrales, además de contar con varias instalaciones para las taquillas y aseos. En la actualidad, este recinto se utiliza una vez al año durante las fiestas locales, con una capacidad que alcanza las 8,000 personas.
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