En un preocupante escenario demográfico, la comunidad autónoma de Extremadura ha reportado un saldo vegetativo negativo en 2024, con un alarmante aumento de 9.436 muertes en comparación con los nacimientos. Este desequilibrio se traduce en 11.473 fallecimientos frente a solo 6.537 nacimientos.

Las cifras revelan que el número de nuevos nacimientos en esta región ha experimentado una reducción del 4% en comparación con el año anterior. En 2023, se registraron 6.810 nacimientos, mientras que en 2024 la cifra se ha reducido a 6.537, según los últimos datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por otro lado, el número de defunciones ha crecido un 1% en comparación con el periodo anterior, alcanzando las 11.473 muertes en 2024, frente a las 11.361 registradas en 2023. Esta situación ha llevado a que la tasa bruta de mortalidad en Extremadura se establezca en 10,89 defunciones por cada mil habitantes, significativamente superior a la media nacional de 8,87.

Este panorama demográfico es un llamado de atención sobre las tendencias que afectan a la región y podría tener implicaciones serias a largo plazo para su desarrollo social y económico.