Crónica Extremadura.

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Extremadura regenera el 76% del aceite industrial usado recolectado en 2022

Extremadura regenera el 76% del aceite industrial usado recolectado en 2022

El 76 por ciento del aceite industrial usado recogido en Extremadura durante el pasado año se destinó a regeneración, el tratamiento que permite convertir el residuo en nuevos lubricantes. Gracias al residuo regenerado fue posible producir cerca de 1.500 toneladas de nuevos lubricantes, evitando así el consumo de 700.000 barriles de petróleo y la emisión a la atmósfera de 1.600 toneladas de CO2.

Asimismo, el 24 por ciento restante del aceite usado se destinó a valorización energética, produciendo un combustible similar al fuel óleo. De este modo, en 2022, cerca de 2.000 establecimientos extremeños generaron 3.250 toneladas brutas de aceites industriales usados (una cantidad que incluye un 4 por ciento de impropios, como agua o sedimentos).

El 63 por ciento de estos establecimientos (1.234) fueron talleres mecánicos, constituyendo la actividad de mayor generación de este residuo peligroso. El resto del residuo se recogió en sectores muy heterogéneos, como la industria, la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción.

Asimismo, el consumo de lubricantes en actividades económicas tan diversas conlleva que los aceites usados resultantes se generen de manera muy fragmentada y dispersa en el territorio, lo que requiere de una operativa compleja y costosa.

Durante el pasado año, a través de la red de gestores que recogen aceites usados, se llevaron a cabo 4.329 recogidas en los 240 municipios extremeños en los que se generó este residuo. Un gran número de recogidas tuvieron lugar en áreas rurales, donde se ubican el 42 por ciento de los establecimientos atendidos por Sigaus.

La recuperación del residuo en este entorno es especialmente importante, ya que la mayoría de zonas vulnerables desde el punto de vista medioambiental se encuentran en el medio rural.

Por otra parte, Extremadura se caracteriza por una gran riqueza natural. Así, en 2022 Sigaus recogió 124 toneladas de aceites usados en las inmediaciones de 18 espacios protegidos.

Sólo en los alrededores de la Reserva de la Biosfera del Tajo - Tejo Internacional se recogieron más de 39 toneladas de aceites usados en 33 establecimientos.

En el entorno de recursos hídricos de Extremadura, se recogieron 25 toneladas de aceites usados generados en 14 establecimientos ubicados a menos de 250 metros.

La recuperación del residuo en estas áreas es vital, ya que un vertido de aceite industrial usado en el agua puede perdurar durante 15 ó 20 años, impidiendo su oxigenación y dañando gravemente los ecosistemas existentes en estos entornos acuáticos.

De este modo, la transformación de los residuos en nuevos recursos es una de las mejores vías para reducir el consumo de materias primas. Este es el caso del aceite industrial usado, un residuo que, bien gestionado, puede ser valorizado en su totalidad. En su composición mantiene los recursos materiales y energéticos de origen, siendo de gran valor para ser transformado en nuevos productos, o como fuente de energía.

Así, en Extremadura, el 76 por ciento del aceite usado gestionado durante el pasado año fue tratado mediante regeneración. El volumen de residuo destinado a este proceso permitió la producción de 1.489 toneladas de nuevos lubricantes. Gracias a esta gestión, se evitó el consumo de cerca de 700.000 barriles de petróleo y se redujo la emisión a la atmósfera de CO2.

Los aceites usados que no fueron destinados a regeneración, se sometieron a un proceso de descontaminación para convertirlos en un combustible de uso industrial, de características similares al fuel óleo tradicional.

Gracias a este tratamiento, se evitó la emisión a la atmósfera de CO2 y el consumo de cerca de 75.600 barriles de petróleo que se hubieran necesitado para fabricar ese combustible a partir del petróleo.

"Gracias al aprovechamiento del aceite usado de nuestros coches y máquinas, no solo evitamos el impacto ambiental de un residuo peligroso, sino que reducimos el uso de una materia prima no renovable como es el petróleo. Además de un importante ahorro económico, los procesos para obtener los productos de segunda generación consumen menos energía y emiten menos gases de efecto invernadero que los procesos tradicionales", afirma el director general de Sigaus, Eduardo de Lecea.