El pasado domingo, Mérida se convirtió en el escenario de un emotivo homenaje en recuerdo del expresidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, conocido como uno de los pilares de la "familia socialista". Más de doscientos asistentes se reunieron frente a la sede regional del PSOE, donde guardaron un profundo silencio de cinco minutos en señal de respeto por su legado.

La atmósfera se tornó conmovedora, con lágrimas y abrazos en medio de momentos de calidez, cuando la noticia de su fallecimiento se hizo pública. Fernández Vara ocupó el cargo de presidente del gobierno regional en dos períodos: de 2007 a 2011 y de 2015 a 2023, siendo recordado por muchos como un líder comprometido con su comunidad.

Entre los asistentes se encontraban Juani y Pedro Ruíz, este último un activista con larga trayectoria en el socialismo extremeño. En declaraciones a Europa Press, Ruíz sostuvo que Fernández Vara "ha mirado por Extremadura más que cualquier otro presidente", resaltando su desinteresada dedicación al bienestar de la región y haciendo un llamado a otros políticos para que imiten su "talante" y "humanidad".

Ruíz, visiblemente emocionado, afirmó que "no hay ningún político que hable mal de Guillermo", lo que, según él, dice mucho sobre el impacto positivo que tuvo en su entorno. Con esas palabras, el militante destacó la esencia de Fernández Vara, recordándolo ante todo como una "buena persona".

Esta conmemoración no solo refleja el profundo respeto que infundió Fernández Vara en muchos, sino que también plantea la necesidad de un análisis sobre el camino que deberá seguir la política extremeña en su ausencia.