La comunidad de Extremadura ha sufrido un verano sin precedentes. Durante los meses de junio, julio y agosto, las temperaturas alcanzaron niveles que no se registraban desde hace 45 años, superando en 1,9 grados la media histórica calculada entre 1981 y 2025.
Este alarmante dato fue revelado por Marcelino Núñez, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la región, en una conferencia de prensa llevada a cabo en Badajoz. Según Núñez, la temperatura promedio del trimestre se situó en 27,1 grados, contrastando con los 25,2 grados de la media de referencia, lo que sitúa a este periodo como excepcionalmente cálido, es decir, "fuera del rango" normal.
Núñez enfatizó que en los archivos climáticos desde 1981 a 2025 no se ha dado ningún verano con condiciones tan extremas. Tanto junio como agosto se catalogaron como "extremadamente cálidos", mientras que julio fue descrito como "muy cálido". Este fenómeno ha dejado una huella notable en el clima de la región.
El verano de este año ha sido calificado como un evento único, caracterizado no solo por las elevadas temperaturas, sino también por la presencia de olas de calor. La primera ola se registró del 18 de junio al 4 de julio, mientras que la segunda abarcó del 3 al 18 de agosto. Ambas fueron descritas como las más extensas e intensas, ocupando los lugares tercero y cuarto en la lista histórica de las olas de calor en la región.
Este verano nos invita a reflexionar sobre los efectos del cambio climático y la necesidad de adoptar medidas para abordar esta problemática. Las temperaturas extremas plantean un reto que no podemos ignorar.
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