En la región de Extremadura, la campaña de alto peligro de incendios forestales ha cerrado este año con un total de 426 incendios, afectando un total de 9.382 hectáreas de terreno.

Al ampliar el periodo hasta el inicio del año natural 2024, se contabilizan 486 incendios que han dañado 9.641 hectáreas, cifras inferiores a la media anual de la última década, que se sitúa en 670 incendios por año.

A nivel nacional e internacional, se ha observado una tendencia a la baja en el número de incendios forestales, aunque con un incremento en la superficie afectada en algunos casos.

En el ámbito regional, se han registrado cinco grandes incendios durante esta temporada, todos en el mes de julio, afectando principalmente a pastizales y en menor medida a matorrales.

El consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta, Ignacio Higuero, ha resaltado la importancia de reducir el combustible en el monte para frenar esta tendencia de incremento en la superficie afectada por los incendios.

Higuero también ha destacado el papel fundamental de la concienciación social en la disminución de las igniciones, a pesar de las condiciones propicias por la presencia de mucho combustible en el campo.

En cuanto a las causas de los incendios, se destaca que el 54% fueron provocados por negligencias o accidentes, mientras que el 43% se consideran intencionados. El restante se atribuye a causas naturales o desconocidas.

Por otro lado, la orden de peligro bajo para el período 2024/2025 ha reducido a la mitad el número de bomberos forestales de guardia para la extinción de incendios, mientras que el resto se enfocará en labores preventivas.

Se han establecido medidas para la prevención de incendios, como desbroces y mantenimiento de cortafuegos, con la prohibición de quemas de residuos vegetales salvo excepciones.

Como novedad, las declaraciones responsables serán válidas durante toda la temporada de bajo riesgo, y se permitirán las quemas de restos de poda hasta las 17:00 horas durante toda la campaña.