En Badajoz, el 16 de diciembre, Miguel Ángel Gallardo, candidato del Partido Socialista a la Presidencia de la Junta de Extremadura, ha realizado declaraciones contundentes sobre la situación educativa en la región. Gallardo insiste en que la educación es un derecho fundamental y ha prometido defenderlo con firmeza si su partido forma parte del próximo gobierno. Su discurso se centra en criticar lo que considera una gestión deficiente del Partido Popular y Vox en este ámbito.

Durante su intervención, Gallardo recordó a las familias el inicio del mandato de la administración de Guardiola, cuando se eliminaron medidas cruciales como los comedores escolares y las aulas infantiles. Según él, estas decisiones dejaron a muchas familias en una situación de desamparo, dificultando la conciliación laboral y familiar, y empeorando las condiciones educativas en la región. También hizo referencia a la confusión generada en las oposiciones para maestros y al debilitamiento de los apoyos para estudiantes con necesidades específicas.

El líder socialista, en una reciente visita a la barriada de Valdepasillas, destacó que la educación ha sufrido un deterioro evidente bajo el actual gobierno. Señaló que este curso escolar, algo sin precedentes en la historia de la educación extremeña, 7,000 niños de áreas rurales quedaron sin acceso al transporte escolar, viéndose privados de su derecho a recibir educación. Esta situación, para Gallardo, representa una crisis educativa que no debe ser ignorada.

Gallardo criticó lo que considera un intento sistemático del Partido Popular de desmantelar lo público en favor de favorecer lo privado. Habló de iniciativas como los cheques Educa, que, según él, limitan las oportunidades de estudio para aquellos que no cuentan con recursos suficientes en sus localidades. Afirmó que si no existen guarderías en la comunidad, los padres se ven forzados a sacrificar su desarrollo profesional, afectando directamente a los derechos de sus hijos a acceder a la educación.

Los ecos de sus afirmaciones resuenan en un contexto en el que la educación se convierte en un tema central del debate político, y las próximas elecciones se perfilan como un escenario decisivo para la dirección futura de Extremadura.