CÁCERES, 28 de junio.
La Diputación de Cáceres ha inaugurado una Oficina de Transformación Comunitaria que tiene como objetivo la implementación de 65 comunidades energéticas en diferentes localidades de la provincia. Estas iniciativas buscan que ciudadanos, pequeñas empresas y ayuntamientos colaboren para producir su propia energía mediante la instalación de paneles solares en edificios públicos.
Las comunidades energéticas, que se encuentran en varias etapas de desarrollo, ofrecen una manera innovadora de compartir la electricidad generada y vender cualquier excedente, lo cual se traduce en un ahorro en la factura eléctrica de los participantes de entre un 30% y un 40%, dependiendo de la producción energética.
En una reciente entrevista con Europa Press, la diputada de Medio Ambiente y Transición Ecológica, Angélica García Gómez, enfatizó que este proyecto representa una forma de economía social que beneficia directamente a la ciudadanía.
La Oficina de Transformación Comunitaria se encarga de informar a los ciudadanos sobre el proceso de formación de comunidades energéticas, orientándolos en los trámites necesarios y apoyando el reparto y comercialización de la energía una vez que el proyecto está en marcha.
Además del asesoramiento, la Diputación de Cáceres ofrece una línea de ayudas que puede cubrir hasta el 85% de los costos de instalación de paneles fotovoltaicos, incluidos el proyecto y la supervisión de la obra, fortaleciendo así la viabilidad de estos proyectos.
Por lo tanto, las comunidades energéticas no solo son sostenibles gracias al apoyo de la Oficina de Transformación Comunitaria, sino que la obtención de estas ayudas gubernamentales las hace accesibles a precios muy reducidos, como ha subrayado la diputada de Transición Ecológica.
Una de las localidades que ya está avanzando en esta iniciativa es Zarza la Mayor, donde se ha establecido una instalación fotovoltaica, se ha constituido una comunidad energética y se está llevando a cabo la distribución de energía. Un total de 77 personas participan en este proyecto, que incluye residentes, comercios locales y el propio ayuntamiento, todos interesados en disminuir sus facturas de electricidad.
Es importante señalar que la Diputación de Cáceres lanzó esta Oficina de Transformación Comunitaria a principios de 2024, con un equipo de nueve profesionales locales que han visitado más de 170 pueblos para explicar el concepto de comunidades energéticas, dado que, según Angélica García, muchos ciudadanos aún no están familiarizados con el tema.
La diputada explicó que una comunidad energética es esencialmente un grupo de ciudadanos enfocado en reducir el costo de la electricidad al permitir que sus miembros controlen el consumo y la producción, evitando así la dependencia de las grandes compañías eléctricas.
Este proyecto inspira seriedad y confianza entre los habitantes de Cáceres, especialmente en un contexto donde la desinformación es común. La Diputación garantiza que su compromiso con la iniciativa es auténtico y consciente de las necesidades de la población.
Durante sus visitas a las comunidades, han colaborado con los ayuntamientos para fomentar la creación de estas iniciativas, que muchas veces son parte activa de la comunidad energética que se establece.
Las comunidades pueden ser gestionadas de múltiples formas, ya sea como asociaciones o cooperativas, lo que permite a los participantes dar un paso más allá en la comercialización de la energía, según explicó García.
Miembros de la Oficina de Transformación Comunitaria se desplazan a varias localidades para informar a los ciudadanos y emprendedores sobre el funcionamiento de estas comunidades, promoviendo la instalación de paneles solares en techos públicos.
García comentó que muchas veces los habitantes tienen acceso a techos en sus hogares que pueden utilizar para instalar paneles solares, una opción no viable para quienes viven en pisos. Para optimizar los recursos, se busca identificar techos públicos adecuados y estudiar aspectos técnicos, como la orientación y el punto de interconexión, además de colaborar con las compañías distribuidoras para evitar inconvenientes.
En las charlas informativas, se invita a los interesados a presentar sus facturas eléctricas para evaluar su consumo y proporcionarles recomendaciones que les permitan ahorrar costos.
Una vez que los ciudadanos se comprometen a participar, se procede a la constitución de la comunidad energética y la instalación de la infraestructura necesaria para la distribución de energía entre los usuarios, incluyendo a pequeños comercios que requieren reducir gastos energéticos.
El ingreso a una comunidad energética, que a menudo requiere poca contribución inicial, proporciona ventajas significativas, incluso para los ayuntamientos, ya que el ahorro en el alumbrado público puede redirigirse a otros proyectos que beneficien a la comunidad, según recordó la diputada de Transición Ecológica.
García destacó que, aunque en muchas ocasiones es más complicado establecer estas comunidades en pueblos más pequeños debido a la falta de iniciativa o a la población de mayor edad, la Diputación trabaja para empoderar a los ciudadanos, asistiendo en la creación de estatutos y en la posterior distribución de la electricidad generada.
Por último, la diputada subrayó la relevancia de este tipo de iniciativas en los pueblos, que permiten no solo reducir la factura eléctrica de los habitantes, sino también contribuir a combatir el reto demográfico al hacer más atractivo vivir en áreas rurales y ayudar a las pequeñas empresas a disminuir sus costes operativos.
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